jueves, 3 de septiembre de 2009
Despenalizar el consumo no es legalizar el comercio
Por José Maria Cullen
“Queremos proteger al perejil”, afirmo el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Por primera vez este escritor concuerda con la opinión expresada por un funcionario del gobierno actual. No porque la decisión de despenalizar el consumo personal de marihuana sea bien recibido; si porque entiendo que bajo las condiciones actuales esta decisión ha sido la más correcta. Pero siento al mismo tiempo la necesidad de hacer una referencia histórica de las leyes de estupefacientes. Antes, le recuerdo al lector que toda nación y en cualquier momento, de poseer la voluntad legislativa, tiene el derecho a tomar dos caminos para enfrentar a los estupefacientes: prohibir o controlar.
Ley 17.818 – Regimen de Estupefacientes. Esta ley fue una de las tantas reformas impuestas por la Revolución Argentina, pero no fue fruto directo del gobierno de turno. Esta ley se enmarca dentro de la Convención Única sobre Estupefacientes (CUE) de 1961, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas. La ley fue producto directo de dicha asamblea, pero no por una preocupación propia de la institución. Estados Unidos hacia varias décadas que promovía duras sanciones para los consumidores de marihuana bajo diferentes modos de propaganda negativa. Esta cruzada antidrogas tomo gran relevancia con la creación del Federal Bureau of Investigación (FBI) y su primer presidente, Harry Jacob Anslinger. Este ultimo, fue el responsable directo de la mala propaganda, a pesar de las recomendaciones hechas por la Comisión La Guardia creado por él mismo, y razones de interés económico no son ajenas. Lo que al escritor interesa resaltar aquí es la no decisión en materia de estupefacientes de la nación Argentina hasta el incremento de la presión internacional hizo imposible su indecisión, lo que claramente demuestra que el país no gozaba de grave problemas de producción, trafico, venta, y/o consumo de estupefacientes. La situación en Estados Unidos era diferente desde la introducción de elixires a base de opio en el Siglo XVIII. Esta evidencia me lleva a interpretar la CUE como la afirmación de la Doctrina Monroe/Roosevelt en America Latina, y la base para justificar la intervención politica, y en algunos casos hasta militar.
El mito holandés. El sueño de todo hippie del Siglo XIX era paz y amor, pero en el Siglo XX aquel sueno idealista fue trocado por el viaje a Holanda. Alguna vez este escritor tuvo la oportunidad de hablar con un ciudadano holandés e inquirir sobre el modelo de leyes que regula los estupefacientes en su país. Lo que sorprendió fue la insistencia puesta en la ilegalidad de los coffee shops y la venta de marihuana, pero le era imposible explicar la situación legal de estos fenómenos en su país. Hoy, con la despenalización en boga en mi país, decidí investigar más a fondo la cuestión y encontré evidencia que apoya la tesis de aquel ciudadano. Ni los coffee shops, ni la producción, ni la distribución o la venta de marihuana son allí legales. Mas, las leyes holandesas penalizan cualquier actividad relacionada con el proceso de estupefacientes, y el aeropuerto internacional de Amsterdam aplica una política de tolerancia cero. Aquí viene la parte interesante, la justicia holandesa procede con una practica conocida como gedoogbeleid (política de tolerancia). Esta practica sentó una jurisprudencia muy particular en el país, las leyes prohíben la producción, distribución y consumo de drogas, acorde con la CUE, pero no penalizan al consumidor. Así, la corte no busca legalizar la producción, distribución, y consumo de la marihuana sino “proteger al perejil.” Los coffee shops y su abastecimiento es un área legal gris que creció debajo del paraguas provisto por la misma jurisprudencia, pero sus actividades no dejan de ser ilegales y sancionables. Veamos ahora las consecuencias de este sistema contra el propuesto por los Estados Unidos.
De acuerdo con los informes del Centro Europeo de Monitoreo para Drogas y Drogadictos, el uso promedio de drogas en Holanda es menor en todas las categorías (marihuana, cocaína, heroína, e inhalantes) al de Estados Unidos. Mas, el promedio de muertes en proporción a la población de adictos en Holanda esta por debajo del promedio de la Comunidad Europea. Por ultimo, el gobierno holandés le presta ayuda al 90% de los adictos que lo requieran. Como dato secundario se podría agregar, y esto se aplica particularmente a la marihuana, no se ha reportado una muerte directamente relacionada con dicha droga en el mundo. Esto no significa que el consumo de marihuana no implica riesgos de salud, pero demuestra que el daño es relativamente menor al producir por bebidas alcohólicas y el tabaco. Por otro lado, en Estados Unidos son conocidos los trastornos sociales generados a los jóvenes por la dureza innecesaria de las leyes desde los años 60. Además, es conocido mundialmente el rotundo fracaso de la mal llamada Guerra Antidroga, y la generación de lo que un funcionario mexicano llamó el Efecto Cucaracha, refiriéndose a la radicación de narcos mexicanos en suelo argentino. Pero lo que más llama la atención, y como lo expresara el presidente de Brasil, Ignacio Lula da Silva, en la ultima conferencia de la UNASUR, Estados Unidos se preocupa más por combatir las drogas fuera que dentro de su territorio. Vale mencionar que la sociedad estadounidense es el mayor mercado de drogas en el mundo. Volvamos a Holanda, su experiencia ha tenido algunos tropiezos, más precisamente, el incremento de la concentración de THC por la utilización de invernaderos y tecnología genética. Sin embargo, es claro que los beneficios han sobrepasado los perjuicios causados por la gedoogbeleid.
El tema en discusión es uno muy espinoso, y algunos en su afán por no tomar la información ofrecida y reflexionar se preocuparan por apuntar a este humilde informe como una apología del consumo de drogas. Es cierto que a este escritor no lo pondría contento nada menos que la legalización de la marihuana pero dada la larga experiencia con drogas que van desde la marihuana hasta el LSD, pasando por el éxtasis, los hongos, la cocaína, relajantes musculares, antidepresivos, y ansiolíticos no recomiendo bajo ninguna condición la ingesta de tales artículos. Lo cierto es que la ley hoy prohíbe el trato de la gran mayoría de drogas recreativas, pero la justicia argentina ha tomado un giro importante al identificar el problema no en el consumidor sino en el productor y distribuidor.
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La Duda Perpetua
Por Mohandas Karamchand
El nihilismo al cual se ve enfrentado cualquier observador de nuestra sociedad moderna es entendible. Todos vemos los grandes problemas del progreso humano. El calentamiento global, las enfermedades terminales, la desigualdad social, la pobreza, el hambre, la falta de trabajo, crisis económicas mundiales, golpes de estado, disturbios sociales, violencia étnica… en fin, podría seguir hasta mañana. Naturalmente todos los analistas intentan explicar estos fenómenos, buscan soluciones, proponen ideas, presentan proyectos, investigan, etc. Pero al fin y al cabo solucionan poco y nada. No intento proclamar que sean inútiles, ni que sus ideas no sean buenas, todo lo contrario, sin estas personas estaríamos peor aun. A lo que apunto es que al observar la historia humana se ven pocos cambios realmente profundos.
¿No será que muchos de los problemas de nuestra sociedad moderna son esencialmente los mismos problemas de hace 2000 años? ¿No será que los neorrealistas tienen razón cuando dicen que el humano es malo? ¿No será que nuestra sociedad se esta cayendo a pedazos porque nunca conocimos la estabilidad real y duradera? Me da la impresión que nunca estaremos tranquilos, y sin embargo no me preocupa. Lo que realmente me preocupa es justamente que no me preocupa que nunca lograremos la paz perpetua de la cual Kant hablaba. Me preocupa que Fukuyama me parezca un chiste en vez de un visionario y un optimista. Me preocupa que el mal se esta apoderando del mundo, consumiendo las mentes de los jóvenes. Se esta apagando la llama revolucionaria del cambio. ¿Marx se habrá equivocado al pensar que el cambio revolucionario vendría desde el proletariado y que se generaría un “nuevo hombre”? Seguro que se equivoco, al igual que cualquier otro filosofo que creyó en el bien de la humanidad prematuramente, pero nuevamente, ese no es el asunto de relevancia. Lo preocupante es que hemos perdido la fe. La política, la economía, la filosofía… todo parece irrelevante ya que históricamente no han podido superar los obstáculos que nosotros mismos les hemos puesto en el camino. Ni siquiera los religiosos creen en la humanidad, por alguna razón tienen a Dios, Allah, Buddha, etc.
¿Pero es realmente valido pensar que la solución esta en la negación de todo dogma? ¿Realmente nos estamos acercando a la decadencia de los valores, del espíritu? ¡No! La razón por la cual siempre existirán los conflictos (de todo tipo) es porque son justamente estos aspectos negativos de la humanidad los que proporcionan el equilibrio. En otras palabras, el Ying y el Yang. Las religiones, las ideologías políticas, los valores de las diferentes sociedades, todos estos dogmas tienen sus lados “buenos” y sus lados “malos”. No existe la perfección, la solución única, los valores universales, el dogma superior; y eso es algo sumamente positivo. Es la duda perpetua la que da lugar al progreso eterno de la humanidad, no la paz, la fe o la libertad. No se puede negar que cada vez haya más humanos en este planeta, y eso en si demuestra que la falta de una verdad absoluta es la que nos otorga la posibilidad de superar cualquier obstáculo, es en esa incertidumbre donde se aloja el equilibrio; el equilibrio que hace florecer a todos los seres vivos de este planeta.
No digo que los problemas de la humanidad no tengan solución. Simplemente creo que la búsqueda de la felicidad es un proceso largo y complicado. ¡Pero no hay que rendirse! Estoy seguro que existe una combinación de dogmas que nos llevaran al equilibrio perfecto, una mezcla de los existentes y otros que se generaran en el futuro, pero hasta que llegue ese momento no nos neguemos a escuchar otras opiniones. ¡Unidos somos fuertes, unidos venceremos al mal que esta consumiendo a la humanidad!
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El nihilismo al cual se ve enfrentado cualquier observador de nuestra sociedad moderna es entendible. Todos vemos los grandes problemas del progreso humano. El calentamiento global, las enfermedades terminales, la desigualdad social, la pobreza, el hambre, la falta de trabajo, crisis económicas mundiales, golpes de estado, disturbios sociales, violencia étnica… en fin, podría seguir hasta mañana. Naturalmente todos los analistas intentan explicar estos fenómenos, buscan soluciones, proponen ideas, presentan proyectos, investigan, etc. Pero al fin y al cabo solucionan poco y nada. No intento proclamar que sean inútiles, ni que sus ideas no sean buenas, todo lo contrario, sin estas personas estaríamos peor aun. A lo que apunto es que al observar la historia humana se ven pocos cambios realmente profundos.
¿No será que muchos de los problemas de nuestra sociedad moderna son esencialmente los mismos problemas de hace 2000 años? ¿No será que los neorrealistas tienen razón cuando dicen que el humano es malo? ¿No será que nuestra sociedad se esta cayendo a pedazos porque nunca conocimos la estabilidad real y duradera? Me da la impresión que nunca estaremos tranquilos, y sin embargo no me preocupa. Lo que realmente me preocupa es justamente que no me preocupa que nunca lograremos la paz perpetua de la cual Kant hablaba. Me preocupa que Fukuyama me parezca un chiste en vez de un visionario y un optimista. Me preocupa que el mal se esta apoderando del mundo, consumiendo las mentes de los jóvenes. Se esta apagando la llama revolucionaria del cambio. ¿Marx se habrá equivocado al pensar que el cambio revolucionario vendría desde el proletariado y que se generaría un “nuevo hombre”? Seguro que se equivoco, al igual que cualquier otro filosofo que creyó en el bien de la humanidad prematuramente, pero nuevamente, ese no es el asunto de relevancia. Lo preocupante es que hemos perdido la fe. La política, la economía, la filosofía… todo parece irrelevante ya que históricamente no han podido superar los obstáculos que nosotros mismos les hemos puesto en el camino. Ni siquiera los religiosos creen en la humanidad, por alguna razón tienen a Dios, Allah, Buddha, etc.
¿Pero es realmente valido pensar que la solución esta en la negación de todo dogma? ¿Realmente nos estamos acercando a la decadencia de los valores, del espíritu? ¡No! La razón por la cual siempre existirán los conflictos (de todo tipo) es porque son justamente estos aspectos negativos de la humanidad los que proporcionan el equilibrio. En otras palabras, el Ying y el Yang. Las religiones, las ideologías políticas, los valores de las diferentes sociedades, todos estos dogmas tienen sus lados “buenos” y sus lados “malos”. No existe la perfección, la solución única, los valores universales, el dogma superior; y eso es algo sumamente positivo. Es la duda perpetua la que da lugar al progreso eterno de la humanidad, no la paz, la fe o la libertad. No se puede negar que cada vez haya más humanos en este planeta, y eso en si demuestra que la falta de una verdad absoluta es la que nos otorga la posibilidad de superar cualquier obstáculo, es en esa incertidumbre donde se aloja el equilibrio; el equilibrio que hace florecer a todos los seres vivos de este planeta.
No digo que los problemas de la humanidad no tengan solución. Simplemente creo que la búsqueda de la felicidad es un proceso largo y complicado. ¡Pero no hay que rendirse! Estoy seguro que existe una combinación de dogmas que nos llevaran al equilibrio perfecto, una mezcla de los existentes y otros que se generaran en el futuro, pero hasta que llegue ese momento no nos neguemos a escuchar otras opiniones. ¡Unidos somos fuertes, unidos venceremos al mal que esta consumiendo a la humanidad!
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Realismo vs Conformismo
“Todo bien pero…hay que ser realistas.”
Por Sathiri
La motivación para reaccionar frente a este pensamiento, es tratar de profundizar que se esconde bajo esa frase que, según mi pensar, se utiliza en un sentido totalmente conformista y pesimista al mismo tiempo sobre la realidad nacional.
El contexto es el siguiente: dialogando con un amigo, persona a quien respeto mucho más allá del afecto, acerca de la realidad política, noto que ilustra una opinión que he visto en gran cantidad de jóvenes, dueña de un extremo pesimismo que se manifiesta ante cualquier propuesta que no encaje con la lógica de la dinámica política actual cuando, esgrime: “mira esta buena la idea, pero hay que ser realista, ya paso la época de ponerse la boina roja y pensar en la revolución”.
El tema que me compete es el por qué de la negativa acerca de la posibilidad de un cambio en materia de campos que visiblemente se encuentran en crisis como: redistribución del ingreso, cristalización de instituciones y estatización de recursos que les pertenecen a sus habitantes.
A priori, parte del significado del “hay que ser realistas” lo comprendo, pues puede adjudicarse a la pobre realidad de las campañas recientes, pero a su vez, no entiendo el motivo por el cual cualquier tipo de cambio que no encaje con la lógica liberal/neoliberal moderna es tildado de rojo.
El hecho que preocupa es por qué estudiantes inteligentes, se encuentran tan poco ambiciosos a la hora de discutir acerca de cosas que admiten están mal, pero analizando las reglas de juego, concluyen que simplemente son así y punto.
En ellos la tentativa de un viraje hacia otra concepción significa algo rojo sosteniendo que no es posible ante la realidad del sistema nacional e internacional actual. En este sentido, coincido nuevamente en una parte del argumento: es sincero, hoy parece que no tener un opulento nivel social, un gran capital acumulado, posibilidad de manipular medios y encuestas, imposibilita llegar a cargos relevantes y tener una estructura con chances electorales.
Pero, contemplando el escenario, al mismo tiempo, planteo que podemos interrogarnos ciertas cuestiones: ¿es imposible escaparse del sistema en el cual el poder económico esta muy relacionado al triunfo electoral? ¿Pensar en medidas de homogenización social, es un pensamiento rojo?
El problema, según el punto de vista de quien escribe, es mayor: ¿Por qué siendo tan jóvenes estan tan negados a la posibilidad de cambio?
Nuevamente, lectores, es verdad que la actualidad lo parece evidenciar, pero ¿que quedará de nuestro país si los estudiantes de ciencias sociales pensamos de esa forma? Opino que lo relevante, en una forma más pagana de expresarlo: “La verdad de la milanesa esta ahí”. ¿Qué queda de nuestro futuro si los jóvenes perdemos la invalorable idea de un salto hacia delante, ese precioso sentimiento de esperanza que caracteriza a las nuevas generaciones, dueño de un dulce olor primaveral?.
En primer lugar, queridos compañeros, pareciera que caen en un error desde la base del argumento: ¿por qué tildan de rojo la posibilidad de pensar políticas más inclusivas a nivel social y que no se acoplarían a la dinámica actual?, y de ser así , ¿que hay de malo en ello?
Aquí, considero importante, aclarar al lector, que no es mi objetivo tomar parte por una postura ideológica, sino que busco desdeñar un argumento que no deja de sorprenderme y me resulta difícil encontrar su naturaleza.
La postura que me motiva es la siguiente: la democracia (tanto las instituciones como su mecanica de funcionamiento), tentativamente, da posibilidades de un cambio de modelo, estilo, formas de hacer las cosas, más allá de la ideología política que uno presenta.
El apoyo popular, el voto, pueden expresar un rechazo a determinadas formas. No creo verdadero el argumento que sostiene: “mirá que los votos se compran, a si que olvídate”. Al escuchar este tipo de argumento me pregunto: ¿qué les está pasando? ¿Qué los lleva a pensar así?
La verdad, me apena su maniquea versión de la realidad. Creo que como jóvenes, la posibilidad de contribuir a un cambio, velar por un proyecto de país diferente es condición necesaria para motivarse día a día, una gota de optimismo para seguir creciendo.
El planteo es el siguiente: es necesario creer en un cambio, el mismo es posible, es un atentado a la existencia humana concebir todo lo que no se adapte al mundo liberal/neoliberal actual como inútil, descartable o imposible de aplicar. Además, las cosas se pueden cambiar, al menos dentro del mismo modelo, sino: ¿para que se adoptó?
Acá no se trata de ver si la izquierda o la derecha tienen la razón, sólo de tirar en lo posible por un país más humano en todo sentido. Si los estudiantes, y todos los jóvenes, quienes seremos los futuros actores políticos nos dedicamos a contemplar como el país está perdido, tratando de sacar el mayor provecho posible de la actual estructura, quiero decirte que: “estamos fritos negrito”.
La idea es hacer un llamado a la conciencia social: “esto”, las reglas se pueden cambiar por más manipuladas que estén. Lo cómodo es adoptar una postura pasiva y realizar un voto estratégico, lo que nuevamente, no me parece mal, pero realmente creo que debe haber un compromiso.
El compromiso con la causa politica-social es evidente, un análisis del funcionamiento del país, permite ver que mal se manejan las cosas en el plano nacional. Por ello es necesario, poner manos a la obra y movilizarse para idear un proyecto que purifique la forma de hacer política en nuestro país.
Las reglas de juego, un programa certero nos dan las herramientas, no nos quedemos en el conformismo que los medios nos inculcan (salvo raras excepciones) desde que nacemos.
Es necesario olvidar diferencias partidarias, ideológicas, debido al carácter crítico del paciente. Adoptemos el rol que la sociedad precisa: animarse a la posibilidad de entrar en el ring, a lo sumo se perderá, pero es más valioso. Como se cita en una canción del combativo artista argentino Victor Heredia: “hoy tratemos de evitar tantas mentiras/ no quisiera darte un beso de tal pena/ que presientas otra vez tantas mentiras/ (…) déjame sentarme aquí a pensar tan solo en vos/ a mirar en tus ojos estrellas más grandes que el sol”.
Desde la más llana humildad, recomiendo, no entremos en el conformismo, no seamos egoístas, pensemos en el futuro, sólo es cuestión de tiempo. La puerta al cambio siempre se manifiesta latente; permítete la posibilidad de entrar para perseguir el camino que derive en la sociedad que añoramos. Por cierto: ¿No es que soñar no cuesta nada?
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“Chascomús es demasiado critico”
“Nadie podra señalarme que canto por amargao. Si he pasao lo que he pasao quiero servir de alvertencia.”
Por Mohandas Karamchand*
¿Me están tomando el pelo? Si nosotros no somos críticos ¿quién lo va a ser? ¿Los medios masivos, Apócrifos, el gobierno? No, ese es nuestro lugar. Denunciar, demandar, criticar, presentar otra opinión, eso es Chascomús.
Respeto la opinión de los que consideran los artículos “demasiado ácidos”, tienen todo el derecho del mundo a ese sentimiento (al igual que nosotros lo tenemos). Pero, también tienen que tener algo en mente: somos la “oposición”. No me refiero a algún partido político, ni a una ideología específica ya que los autores no compartimos la misma cosmovisión. Me refiero a que no nos dejamos tirar abajo por el “establishment”. Somos estudiantes, pensadores críticos, opositores del conformismo, en lucha por generar conciencia social entre el alumnado de la universidad y aquellos de ustedes que el día de mañana ocuparán cargos importantes en el gobierno, en empresas y ONG’s. Nosotros (me refiero a los estudiantes en general) somos el futuro y sería una lástima que se pierda tanto intelecto y capacidad en la mediocridad y el conformismo.
No queremos que se conviertan en políticos corruptos, no queremos que exploten a sus empleados, no queremos que miren para otro lado cada vez que se les cruce un indigente por el camino o que vean una villa a la distancia. Queremos que abran los ojos, que vean la realidad, que reconozcan las tensiones sociales reinantes en este gran país.
Todos los días vemos en los medios como se enfrentan pobres a la policía, como los chacareros cortan las rutas, como se pide que pare la inflación, la inseguridad, la corrupción, la compra de votos. Vemos al pibe que se esta muriendo de hambre, y al que tiene al lado dormido a las tres de la tarde debido al exceso de paco. Vemos a los trabajadores tomar fábricas, a los maestros hacer huelga, la violencia, la furia de esa parte de la población que a diferencia de la mayoría de nosotros tiene que luchar por cada miguita de pan. ¿Y después dicen que somos demasiado críticos? Hasta me parece que no vamos lo suficientemente lejos, porque de lanzar todo nuestro arsenal en nuestra lucha contra la injusticia nos quedaríamos sin munición. La única forma de combatir la indiferencia es ser duro, crítico, ácido; si no caeremos en la mediocridad de la prensa argentina, y eso, queridos compañeros, no beneficiaria a nadie más que a las elites que abusan el poder que le hemos otorgado.
Nadie te obliga a leer la revista, así que si no te gusta decí “no, gracias” cuando te la ofrecen, pero no esperes que dejemos de escribir y difundir nuestra vision del mundo.
*Editor enfurecido
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Por Mohandas Karamchand*
¿Me están tomando el pelo? Si nosotros no somos críticos ¿quién lo va a ser? ¿Los medios masivos, Apócrifos, el gobierno? No, ese es nuestro lugar. Denunciar, demandar, criticar, presentar otra opinión, eso es Chascomús.
Respeto la opinión de los que consideran los artículos “demasiado ácidos”, tienen todo el derecho del mundo a ese sentimiento (al igual que nosotros lo tenemos). Pero, también tienen que tener algo en mente: somos la “oposición”. No me refiero a algún partido político, ni a una ideología específica ya que los autores no compartimos la misma cosmovisión. Me refiero a que no nos dejamos tirar abajo por el “establishment”. Somos estudiantes, pensadores críticos, opositores del conformismo, en lucha por generar conciencia social entre el alumnado de la universidad y aquellos de ustedes que el día de mañana ocuparán cargos importantes en el gobierno, en empresas y ONG’s. Nosotros (me refiero a los estudiantes en general) somos el futuro y sería una lástima que se pierda tanto intelecto y capacidad en la mediocridad y el conformismo.
No queremos que se conviertan en políticos corruptos, no queremos que exploten a sus empleados, no queremos que miren para otro lado cada vez que se les cruce un indigente por el camino o que vean una villa a la distancia. Queremos que abran los ojos, que vean la realidad, que reconozcan las tensiones sociales reinantes en este gran país.
Todos los días vemos en los medios como se enfrentan pobres a la policía, como los chacareros cortan las rutas, como se pide que pare la inflación, la inseguridad, la corrupción, la compra de votos. Vemos al pibe que se esta muriendo de hambre, y al que tiene al lado dormido a las tres de la tarde debido al exceso de paco. Vemos a los trabajadores tomar fábricas, a los maestros hacer huelga, la violencia, la furia de esa parte de la población que a diferencia de la mayoría de nosotros tiene que luchar por cada miguita de pan. ¿Y después dicen que somos demasiado críticos? Hasta me parece que no vamos lo suficientemente lejos, porque de lanzar todo nuestro arsenal en nuestra lucha contra la injusticia nos quedaríamos sin munición. La única forma de combatir la indiferencia es ser duro, crítico, ácido; si no caeremos en la mediocridad de la prensa argentina, y eso, queridos compañeros, no beneficiaria a nadie más que a las elites que abusan el poder que le hemos otorgado.
Nadie te obliga a leer la revista, así que si no te gusta decí “no, gracias” cuando te la ofrecen, pero no esperes que dejemos de escribir y difundir nuestra vision del mundo.
*Editor enfurecido
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Modales estudiantiles en la Di Tella
¿Qué pasa cuando el origen social y la educación familiar no son suficientes para que un hijo actúe acorde? Luego de una exhaustiva investigación empírica reflexiono sobre mis conclusiones en torno al accionar moral y cívico del estudiantado dentro de las instalación educativas.
Por José Maria Cullen
Conservador, oligarca, golpista, fundamentalista, critico, pesimista, emotivo, reaccionario son algunos de los adjetivos que se han alineado con mi persona durante el tiempo que llevo en la institución. La idea no es presentarme como victima, sino presentar las cosas como se dieron, y por la cual guardo cierta responsabilidad. Pero me sorprende que estas opiniones no se acerquen a aquellas manifestadas por quienes mayor tiempo han compartido mi existencia terrenal. Por eso me siento a reflexionar sobre los modales que observo en los estudiantes que recorren los pasillos de la institución.
Empecemos por los lugares de mayor congregación estudiantil, más específicamente el SUM. Este ámbito es de todos y para todos, consecuentemente la mantención de sus condiciones no es responsabilidad plena del servicio de limpieza, es también la de los estudiantes. Entonces, dejar basura de cualquier tipo sobre las mesas o en el suelo, el abuso del elevado tono de voz en los torneos de truco, ping pong o billar, la instalación de sistemas de audio portátiles, y el indiscriminado uso del piano no solo es una falta de respeto para con aquellos que comparten las instalaciones, sino también la demostración de un alto grado de inmadurez personal y desprecio institucional. No creo que este accionar sea consecuencia directa de la educación familiar, porque como me recordó algún teniente en mi adolescencia, “Jóvenes como Ud. no son mal educados, son mal aprendidos.” En otras palabras, nuestros padres, y me refiero a los padres de los estudiantes, hacen lo imposible por que nuestra educación cívica y moral sea de excelencia, pero los hijos tendemos a olvidarnos de estas cuestiones cuando por comodidad nos conviene. Esto mismo se aplica para las aulas.
Hablemos un poco del transito estudiantil. Es de universal conocimiento que el espacio temporal entre bloques es inexistente. De tener que cursar dos bloques seguidos, eso es ante la ausencia de baches, de acuerdo con el cronograma diseñado por la institución el estudiante ha de estar físicamente en dos aulas distintas al mismo tiempo. Imposible dirán algunos; concuerdo. Por eso los profesores, conociendo la particularidad de este fenómeno tienden a arribar un par de minutos más tarde. Así, se consigue tiempo para aspirarse unos minutos de humo, conseguir un café con pepitas de oro, o actualizarse sobre los últimos chismes conyugales. Pero existe otro grupete. ¿Quiénes? Son los congresistas de la alta suciedad ditelliana que intentan llamar la atención con su nuevo look material, y se reúnen en los accesos a escaleras para debatir niveles de indiferencia y estrategias de seducción social. Lamento tener que recordarles que este también es un espacio publico por el cual el transito debe ser fluido, y que su lentitud no se arregla consumiendo modernos yogures. A Uds. les digo “MUEVANSE, molestan más que bocha corta!”
Por ultimo, quiero hacer referencia a dos aspectos que se relacionan con la materia de higiene y salud. Y, si bien abunda el alcohol en gel se puede ahorrar disgusto y malos momentos si algunos fueran más cuidadosos con sus desechos físicos y viciosos. Primero, los ceniceros son abundantes en la facultad, sin embargo algunos entienden el piso de la facultad en su totalidad como un cenicero. Segundo, y más importante que el primero, es la holgazanería demostrada al no levantar la tapa del inodoro antes de orinar. O, por lo menos tener la delicadeza de pasar un papelito luego de hacerlo, como para demostrar cierto respeto. No tengo la menor duda que de no ser por el dedicado y buen trabajo realizado por el servicio de limpieza, los sectores de fumadores se asemejarían a una parada de colectivos, y los baños se acercarían más al de una estación de tren. Estos dos últimos puntos me han convencido de que la gran mayoría de los estudiantes ditellianos jamás tuvo la responsabilidad de mantener en condiciones el lugar donde vive.
Para cerrar quiero remarcar que durante los momentos de recreo, no todas las clases están en la misma situación. Por ende, los interesantes debates que deban realizar por favor transfiéranlos lo más lejos posible de las aulas todavía en curso. En fin, por más finas vestiduras los abriguen, cuidado y medido su lenguaje sea, hablen en idiomas extranjeros de veranos en Europa o Punta del Este, o se tomen una postura física para demostrar una clase social superior, serán los modales y la forma personal de cada uno lo que lejos en la vida los lleve. Y, todo avance empieza por cuidar lo que se tiene, porque de ninguna otra manera se puede aspirar a más.
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Por José Maria Cullen
Conservador, oligarca, golpista, fundamentalista, critico, pesimista, emotivo, reaccionario son algunos de los adjetivos que se han alineado con mi persona durante el tiempo que llevo en la institución. La idea no es presentarme como victima, sino presentar las cosas como se dieron, y por la cual guardo cierta responsabilidad. Pero me sorprende que estas opiniones no se acerquen a aquellas manifestadas por quienes mayor tiempo han compartido mi existencia terrenal. Por eso me siento a reflexionar sobre los modales que observo en los estudiantes que recorren los pasillos de la institución.
Empecemos por los lugares de mayor congregación estudiantil, más específicamente el SUM. Este ámbito es de todos y para todos, consecuentemente la mantención de sus condiciones no es responsabilidad plena del servicio de limpieza, es también la de los estudiantes. Entonces, dejar basura de cualquier tipo sobre las mesas o en el suelo, el abuso del elevado tono de voz en los torneos de truco, ping pong o billar, la instalación de sistemas de audio portátiles, y el indiscriminado uso del piano no solo es una falta de respeto para con aquellos que comparten las instalaciones, sino también la demostración de un alto grado de inmadurez personal y desprecio institucional. No creo que este accionar sea consecuencia directa de la educación familiar, porque como me recordó algún teniente en mi adolescencia, “Jóvenes como Ud. no son mal educados, son mal aprendidos.” En otras palabras, nuestros padres, y me refiero a los padres de los estudiantes, hacen lo imposible por que nuestra educación cívica y moral sea de excelencia, pero los hijos tendemos a olvidarnos de estas cuestiones cuando por comodidad nos conviene. Esto mismo se aplica para las aulas.
Hablemos un poco del transito estudiantil. Es de universal conocimiento que el espacio temporal entre bloques es inexistente. De tener que cursar dos bloques seguidos, eso es ante la ausencia de baches, de acuerdo con el cronograma diseñado por la institución el estudiante ha de estar físicamente en dos aulas distintas al mismo tiempo. Imposible dirán algunos; concuerdo. Por eso los profesores, conociendo la particularidad de este fenómeno tienden a arribar un par de minutos más tarde. Así, se consigue tiempo para aspirarse unos minutos de humo, conseguir un café con pepitas de oro, o actualizarse sobre los últimos chismes conyugales. Pero existe otro grupete. ¿Quiénes? Son los congresistas de la alta suciedad ditelliana que intentan llamar la atención con su nuevo look material, y se reúnen en los accesos a escaleras para debatir niveles de indiferencia y estrategias de seducción social. Lamento tener que recordarles que este también es un espacio publico por el cual el transito debe ser fluido, y que su lentitud no se arregla consumiendo modernos yogures. A Uds. les digo “MUEVANSE, molestan más que bocha corta!”
Por ultimo, quiero hacer referencia a dos aspectos que se relacionan con la materia de higiene y salud. Y, si bien abunda el alcohol en gel se puede ahorrar disgusto y malos momentos si algunos fueran más cuidadosos con sus desechos físicos y viciosos. Primero, los ceniceros son abundantes en la facultad, sin embargo algunos entienden el piso de la facultad en su totalidad como un cenicero. Segundo, y más importante que el primero, es la holgazanería demostrada al no levantar la tapa del inodoro antes de orinar. O, por lo menos tener la delicadeza de pasar un papelito luego de hacerlo, como para demostrar cierto respeto. No tengo la menor duda que de no ser por el dedicado y buen trabajo realizado por el servicio de limpieza, los sectores de fumadores se asemejarían a una parada de colectivos, y los baños se acercarían más al de una estación de tren. Estos dos últimos puntos me han convencido de que la gran mayoría de los estudiantes ditellianos jamás tuvo la responsabilidad de mantener en condiciones el lugar donde vive.
Para cerrar quiero remarcar que durante los momentos de recreo, no todas las clases están en la misma situación. Por ende, los interesantes debates que deban realizar por favor transfiéranlos lo más lejos posible de las aulas todavía en curso. En fin, por más finas vestiduras los abriguen, cuidado y medido su lenguaje sea, hablen en idiomas extranjeros de veranos en Europa o Punta del Este, o se tomen una postura física para demostrar una clase social superior, serán los modales y la forma personal de cada uno lo que lejos en la vida los lleve. Y, todo avance empieza por cuidar lo que se tiene, porque de ninguna otra manera se puede aspirar a más.
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miércoles, 24 de junio de 2009
BASTA DE CHARLATANES
Me siento a escribir este artículo con toda la indignación y furia que me causó la asistencia al debate de candidatos que tomó lugar en la universidad, del cual me retiré antes de que terminara debido a la falta de coherencia en las presentaciones.
Por Mohandas Karamchand*
Empecemos con Esteban Bullrich del PRO. ¿Educación? Estoy totalmente de acuerdo. Mejores docentes, seguro. Pero explicame una cosa, ¿Cómo se supone que un pibe va a aprender algo en el colegio si se está muriendo de hambre? Los porcentajes presentados por el candidato serán tal vez interesantes para algunos que viven a través de las estadísticas, así que les presento un argumento usando números: 8 pibes se mueren de hambre por día en este país. Desde mi punto de vista la presentación fue totalmente ridícula, enfocándose únicamente en el aspecto educativo, que aunque sea importantísimo, no resuelve los problemas inmediatos a los cuales nos enfrentamos. Pero claro, qué puede esperar uno de un candidato que supone que: “Buenos Aires es el único lugar del país donde se puede sobrevivir”. Me gustaría saber qué piensan los amigos de Santa Fe, Mar del Plata, Comodoro Rivadavia, Córdoba, etc. al respecto.
Alcira Argumedo de Proyecto Sur no perdió tiempo en nombrar a los otros candidatos de su partido y se metió directamente en un análisis de la crisis económica internacional, para concluir con el típico argumento de izquierda: la redistribución del ingreso. Al igual que lo presentado por Bullrich, estoy más que de acuerdo. Reconozco la necesidad de alimentar al pueblo, de que haya más trabajo, etc. También comparto la crítica hecha al gobierno por entregarle un crédito a General Motors con el dinero de la Anses. La propuesta de reducir las horas laborales para que aumente el nivel del empleo resulta razonable. Como explicó la candidata, lo mismo se hizo tras la crisis del ’30. Las ideas son muy lindas, yo hasta cierto punto comparto la ideología, pero ¿Cómo se hace? ¿Cómo fomentás el crecimiento de la industria si no se incentiva a las empresas? Es entendible que las propuestas de Proyecto Sur no encajen en el sistema actual, pero lamentablemente el sistema no se cambia fácilmente, a menos que se obtenga muchísimo poder, algo que seguramente no logrará este partido. En conclusión: buenas ideas pero falta proponer una forma de implementarlas en un sistema capitalista.
Ricardo Gil Lavedra del Acuerdo Cívico y Social presentó una fórmula interesante y bien elaborada, pero también con graves errores si uno considera las implicaciones. Primero lo positivo: el mejoramiento de la democracia en Argentina, lograr independencia absoluta del poder judicial y otorgarle mayor poder de control presupuestario al Congreso. Perfecto, finalmente una propuesta lógica y a su vez accesible. Ahora bien, en cuanto al aspecto social el candidato presentó un plan que tal vez haya sonado interesante, pero al pensarlo bien resulta completamente incoherente. El candidato propone eliminar los planes de ayuda social actuales para implementar otro, basado en una ayuda de 200 pesos por cada hijo (presentando un certificado de que el pibe va a la escuela y se le ponen las vacunas). Claro, incentivemos a los sectores más pobres de la población a tener más hijos todavía así acceden a más dinero. Muy piola lo tuyo Ricardo, en vez de 8 hijos por familia van a ser 20... en fin, un plan totalmente ridículo.
Laura Moresi de Dialogo por la Ciudad concluyó la sesión de debates con una argumentación completamente pro-capital. Según esta señorita a esta ciudad le falta más plata, más representación y más desarrollo. ¿Me estás jodiendo? Capital Federal, con todas sus torres, comercio, universidades, colegios, hospitales... ¿Necesita más? En mi opinión la peor de las cuatro presentaciones, una falta completa de sustancia en los argumentos, ejemplos ridículos y finalmente una crítica al macrismo, aunque con Bullrich parece llevarse bastante bien, ya que según ella : “Esteban ya sabe lo que voy a leer y seguro me quiere contestar”. ¿Tanta crítica y al final somos todos amigos? En fin, cero propuestas, cero ideas, cero habilidad para hablar. Resultado: a esta mina no la vota ni mi perro.
Naturalmente un estudiante de una institución como la Di Tella no puede dejarse llevar por argumentaciones tan ridículas, por tanta falta de sustancia y ausencia de propuestas razonables. En definitiva los amigos de Proyecto Sur y del Acuerdo Cívico y Social presentaron las mejores ideas y críticas a la política actual, sin embargo tampoco me convencieron. Los candidatos que se presentaron, al igual que todos los políticos que abren la boca en este país, no son más que una banda de charlatanes. Tal vez puedan convencer a una gran parte de la población de que ellos tienen la verdad absoluta en sus manos, que ellos nos pueden sacar de este pozo, pero a mí seguramente no. Ahora bien, ¿A quién votar? ¿Al mal menor? ¿A la oposición para frenar al oficialismo? ¿Al PJ que no estuvo presente en el debate? ¡NO! Vos votá lo que te parezca más razonable. A diferencia de los candidatos, yo no te quiero convencer de nada, no te pido el voto, no necesito legitimidad, ni me hace falta tu consenso, yo no soy un político, sólo un observador crítico que no se deja engañar y que quiere que pienses dos veces antes de poner la cruz en la boleta. Si vos sí te dejás engañar, jodete y después no vengas llorando cuando el partido al que votaste te defraude, yo te lo avisé. Asi que aprovechemos esta oportunidad para repensar las cosas y analizar nuevamente las propuestas concretas de los candidatos. Tal vez de esta manera, cuando llegue el 28 de Julio, entregarás tu voto por un candidato que realmente haga (o intente hacer) algo por esta nación y no tengamos un Congreso lleno de charlatanes sin proyección. El destino de este país está en tus manos así que votá con inteligencia y responsabilidad.
*Ciudadano indignado
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DEBACLE ROMANA UN MES ANTES DEL HECATOMBEON
Por Erisictón*
El jueves 18 de Junio se llevaron a cabo dos debates simultáneos. La propaganda favoreció solamente al oficial, mientras en el sucucho de los bedeles en el tercer piso -donde están esas sillas bloqueando el paso, como por casualidad- tuvo lugar una verdadera asamblea política. Los actores, los libretos, el director y el vendedor de pochoclos.
En el marco de una reacción contra la libertad de expresión, el Centro de Estudiantes Disidentes organizó un foro de debate entre candidatos segundones. La proximidad de los comicios fue aliciente de que las obesas agendas aflojaran sus cinturones y fuera posible un bocado más de retórica superficial e intransigente. Para equilibrar el sabor amargo que dejan las charlas cuando carecen de hilo conductor, se estableció una temática específica alrededor de la cual gravitaron los sucesivos discursos, “Propuestas políticas en una Argentina emergente: cómo detener una estampida de mamuses de acero sin recurrir a las Armas de Destitución Masiva” A la luz de los resultados fue evidente que cada candidato entendió lo que quiso.
Fue Crash Dummy, de la derecha socialista, el primero en tomar el micrófono. Invitó a los presentes a recordar las exitosas campañas que su partido llevase a cabo para atacar el problema de la inseguridad vial como los demagógicos ‘chipá para los chicos’ o ‘un lecho para mi país’, concursos públicos orientados a juntar la mayor cantidad de hambrientos o somnolientos en el meno espacio físico y durante la mayor cantidad de discursos posible. “Nos rompimos el culo con esa campaña de mierda, la tuvimos que disimular entre los fondos destinados a los p#t@s sidosos y aunque rodaron cabezas y a muchos se les fue la manuela, logramos que el índice de mortalidad en las rutas bajara un 0,3% y la mortalidad de las p#t@s subiera por lo menos un 3% durante los primeros cinco años. Los setenta millones rindieron sus frutos.”
La campana sonó y fue el turno del radical Batata Papa Barata que, en representación del Partido del Gremio de Abridores de Puertas de Taxi y Picaportólogos Asociados, declaró velozmente que la campaña mencionada había sido, según la doxa, un instrumento de malversación de fondos y que los asuntos de salud eran prioridad local, nacional y hasta global. En sus palabras: “Las luchas negociadas muchas veces se limitan al quid de las cuestiones. ¡Cómo íbamos a saber, cuando logramos que no se instalara un sistema automático de apertura de puertas en la línea A [de subterráneo] que nos iban a exigir los de sanidad que nos lavásemos las manos! Estamos cansados del toma y daca general. Esta misma mañana, por ejemplo, un inspector le confiscó las manos a uno de nuestros compañeros por agotarse el puntaje; el scoring es pura venganza resentida. ‘Los guantes son lo importante, las botas van y vienen’ dice el oficialismo pero ¿saben qué? Yo pongo las manos en el fuego por mi compañero vituperado y por todos los que día a día deben trabajar en negro, en condiciones inhumanas, abriendo todo tipo de indignidades sin que se respeten sus más elementales derechos. Hombres, mujeres y niños que día a día abren no sólo puertas sino ventanas, puertas de emergencia, latas de conserva, inscripciones a cursos de yoga para jubilados; gente que abre te Sésamo, abreja reina, abre María purísima y Nicolás Cabré; gente que habré conocido y que habré de conocer. ¡Habrase visto!” Tras declarar esto, sin mediar palabra se levantó ofuscado y comió unos canapés de avrejas.
“¿Tiene ‘habre’?” preguntó histriónico el tercer candidato, la señora de la Coalición de Santa Rita por Comensales Satisfechos, la viuda de Kali Da Televisiva. Demostró una afectada indignación por la “vulgaridad de los candidatos anteriores” y echó una ojeada incriminatoria al Doctor en Filosofía y Mánticas Religiosas, el candidato a Secretario por el Partido Partido Me Llevo la Mejor Partida, célebre por su pito catalán tan pintoresco. La respetable señora se montó los impertinentes y empezó un discurso que fue interrumpido por la campana ni bien empezaba. El último orador aprovechó el malentendido general (el campanillazo correspondía al fin del turno del precoz Barata) para invadir la arena con su pito catalán, esta vez acompañado de un simpático gritito y una risotada desde la mesa del fondo del señor Barata al que más tarde se le escuchó declarando que se le “salió un jamoncito por la nariz”. El Doctor acusó las principales problemáticas políticas de camorreras y con un tono burlón agredió verbalmente a los otros candidatos. Declaró que los accidentes pasan, que las omnipresencia de las puertas automáticas era inminente y que la desigualdad social era una más entre las fatalidades socioeconómicas. “¿Saben cuál es la diferencia entre Flores y Floresta? Ésta” dijo con el gesto del café cortado. La señora Da Televisiva, tal vez interpretando algún doble sentido que ofendiera su persona, se levantó dispuesta a marcharse no sin antes gesticular protocolarmente. Alguien aprovechó la distracción, pues enseguida el muñeco se irguió gritando “¡Mi mano! ¡Mi mano! ¡Alguien me choreó la mano derecha!” y agitaba en el aire el muñón roscado. El ladrón no había sido otro que Barata, sigilosamente acurrucado junto al atril. “¿Ven lo que pasa cuando al socialismo se le saca la derecha? ¡No se puede ni atar los cordones!” exclamaba riendo. “¡Se le ve la comida entre los dientes! ¡Qué horror!” dijo Da Televisiva aún de pie.
Antes de que también se levantaran los asistentes, el vicepresidente del Centro de Estudiantes Disidentes tomó la posta y muy correcto en sus modales dio por cerrado el debate. De mamuses, nada.
Mientras el público se dispersaba, el Doctor los despedía con ruidos obscenos y distintos gestos valiéndose de la mano derecha de Crash Dummy.
A este cronista le fue comentado que el debate simultáneamente realizado en el auditorio entre candidatos del Pro, de Proyecto Sur, de la Coalición y del Frente de Ibarra fue menos serio que el que acababa de fantasear. Otros han creído leer en éste la parodia de aquel otro. Lo cierto es que necesito el dinero pues se me acabó el whisky. ¡Al gran pueblo argentino salud!
*Si me importara la opinión que los lectores tienen de mis artículos los escribiría en forma de pregunta
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TODOS SOMOS -O SEREMOS- HÉROES (no desespereis)
"Enséñame un héroe y te escribiré una tragedia"
Francis Scott Fitzgerald
Acostumbrados a tanto sensacionalismo, tanta banalidad, tanta propagada, nos fuimos haciendo insensibles a las nada sutiles operaciones de prensa que nos asedian diaramente. Y esta insensibilidad vale en todo sentido, en ocasión de cualquier suceso. Sí, esta es otra nota sobre la mal llamada “gripe porciona” -Chascomús no podía ser menos que los medios de circulación masiva, y tampoco somos boludos: “¡Los barbijos venden ejemplares a lo pavote!” dijo mi canillita amigo-, pero lo que viene no lo van a leer en ningún lado.
Por Josephine N. Frost *
"El problema es la falta de información" diagnosticaba un martes por la mañana el Dr. Gregorio Alcain (médico psiquiatra) en América Noticias, y así asociaba la exagerada respuesta argentina a la epidemia de gripe N1H1 a las fallas en los modos y los contenidos de la información que circula. Alto. Repasemos un poco lo que se vio y oyó en los medios estas últimas semanas. Por primera vez (o entre las pocas ocasiones en que ha sucedido) los periodistas / canales / corporacionesnoticiosasdelmásallá hicieron un esfuerzo por desmitificar. Si uno presta atención, creo que pocas veces se vio en Argentina una cobertura tan somera y atinada de lo que se perfila -según la OMS- como un suceso de proporciones realmente míticas (la inminente y temida...¡Pandemia! Qué buen nombre para una banda de death-metal). Se informó a tiempo y de modo actualizado, se explicó la génesis del virus, los riesgos, los síntomas, las medidas preventivas. Se explicó también todo lo que no podía pasar (muertes en masa, contagio por comer carne de cerdo, secuelas irreversibles, transformación espontánea de niños en chanchitos...la lista sigue).
Ahora bien, si en general el alarmismo del público es reflejo del alarmismo de la prensa, o si es más bien a la inversa...es un tema que no pretendo resolver. A mi parecer, es como el dilema del huevo y la gallina. Tampoco me parece que elucidar esa cuestión resuelva mucho. Pero como alguien siempre tiene que dar el primer paso, reconocer desde ambas lecturas que esto es así (es decir, que es probable que un cambio por parte de los medios redunde en un cambio de la sociedad y/o viceversa, que es lo mismo que decir que entre medios de comunicación y sociedades hay relaciones de interdependencia, o de mutua influencia) es un buen modo de romper el hielo. Y, en principio, estar de acuerdo en que el alarmismo es totalmente ineficiente a los fines de mantener la salud -individual y comunitaria- también es un buen punto de arranque.
Dato para el lector desprevenido: yo no soy fanática de los medios monopólicos de información y noticias, pero en esta tengo que darles la derecha. Creo que fue una de las pocas veces que pude apreciar en vivo y en directo el peso (id est: el poder) contundente de los medios. Y donde digo «poder» puede leerse perfectamente «función de regulación social», sólo que en esta ocasión asistimos al espectáculo en su expresión más...bella (sí, la cercanía del apocalipsis nos permite la licencia poética): la función de pacificación. Eso hubiera dicho si -de hecho- la gente prestara atención e internalizara lo que se comunicó estas últimas semanas. Los resultados demuestran que algo en la cadena de transmisión falló y el “espectáculo en su expresión más bella” fue trunco.
De todos modos, haciendo gala de máximo espíritu diplomático, sugiero saltear el tema de las culpas y pasar al tema de los efectos. Dato: por una u otra razón "el público está alarmado", "la gente está nerviosa", "los argentinos tienen miedo" o su equivalente "aumenta la venta de barbijos y guantes". Y como buena sociedad consistente que somos, nos hemos puesto a la defensiva en todos los niveles que pudimos. Cerramos fronteras, apedreamos micros, segregamos a cualquiera que tenga la nariz irritada. Esto, señores, se llama "histeria colectiva". Es más o menos esperable en estas situaciones, pero -al igual que la N1H1- exige acción inmediata.
Un buen primer paso sería dejar de señalar acusadoramente (como hace el Dr. Alcain) y llevar adelante la difícil tarea de la introspección. Los ayudo: ¿Cuántos de ustedes sintieron auténtico miedo estas semanas al ver a alguien con barbijo? ¿Cuántos evitaron a los resfriados y estornudadores invernales de siempre? Ahora, ¿Cuánto de este alarmismo puede adjudicarse a los medios, y cuánto es endémico de la sociedad argentina de clase media? ¿No es acaso el alarmismo el síntoma de la obsesión consitutiva de la emotividad burguesa, de esta emotividad caracterizada por la necesidad de estar viviendo de modo permanente sucesos extraordinarios? Esta desesperación por ser parte de los eventos que transforman radicalmente el mundo, esta pulsión trascendentalista, ¿Nos empuja a reconceptualizar nuestra realidad en términos homéricos? Lo que quiero señalar es que hay gran ansiedad por parte de un grupo específico de individuos de ser parte de la historia, pero ¿A qué costo? La grandilocuencia narcisista no es novedad, pero quizás llegar al punto en que el afán de "ser parte" nos coloque como protagonistas del Apocalipsis ya sea demasiado muchachos. Ahora parece que el status depende del nivel de cercanía que uno tenga con un portador del virus...qué tremenda pe-lo-tu-dez.
En estricta línea grondonista, una reflexión final con alusión a algo clásico. En los grandes relatos épicos no hay lugar para que todos seamos héroes, pero todos somos protagonistas. Yo resigno feliz el papel de héroe a los infectólogos, a los médicos, a la OMS, a los cuidadanos que mantienen la calma, a los medios de comunicación que -como pocas veces, repito- escriben un guión de país y realidad plausible, vivible. ENTONCES, ¿De quién es la culpa? ¿Quién instauró la sensación de apocalipsis, de inevitable tragedia, de descontrol? Sé quiénes no fueron. Habrán de defenderse quienes se sientan tocados. Y sí señores, la carga de la prueba está (como suele estar, como creo que está siempre) en quienes se quejan al pedo, en los que atentan contra la paz, en los que rompen las pelotas con nimiedades. El equivalente médico (porque, aceptémoslo, a todos nos gustan las metáforas biológicas) sería un paciente que tiene un paro cardio-respiratorio en el instante justo en que se rompe una uña. Atención, que acá hay más de uno que llamaría angustiado a una manicurista.
* Media consultant, tenedora del secreto de la mousse de chocolate perfecta, polista amateur.
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Francis Scott Fitzgerald
Acostumbrados a tanto sensacionalismo, tanta banalidad, tanta propagada, nos fuimos haciendo insensibles a las nada sutiles operaciones de prensa que nos asedian diaramente. Y esta insensibilidad vale en todo sentido, en ocasión de cualquier suceso. Sí, esta es otra nota sobre la mal llamada “gripe porciona” -Chascomús no podía ser menos que los medios de circulación masiva, y tampoco somos boludos: “¡Los barbijos venden ejemplares a lo pavote!” dijo mi canillita amigo-, pero lo que viene no lo van a leer en ningún lado.
Por Josephine N. Frost *
"El problema es la falta de información" diagnosticaba un martes por la mañana el Dr. Gregorio Alcain (médico psiquiatra) en América Noticias, y así asociaba la exagerada respuesta argentina a la epidemia de gripe N1H1 a las fallas en los modos y los contenidos de la información que circula. Alto. Repasemos un poco lo que se vio y oyó en los medios estas últimas semanas. Por primera vez (o entre las pocas ocasiones en que ha sucedido) los periodistas / canales / corporacionesnoticiosasdelmásallá hicieron un esfuerzo por desmitificar. Si uno presta atención, creo que pocas veces se vio en Argentina una cobertura tan somera y atinada de lo que se perfila -según la OMS- como un suceso de proporciones realmente míticas (la inminente y temida...¡Pandemia! Qué buen nombre para una banda de death-metal). Se informó a tiempo y de modo actualizado, se explicó la génesis del virus, los riesgos, los síntomas, las medidas preventivas. Se explicó también todo lo que no podía pasar (muertes en masa, contagio por comer carne de cerdo, secuelas irreversibles, transformación espontánea de niños en chanchitos...la lista sigue).
Ahora bien, si en general el alarmismo del público es reflejo del alarmismo de la prensa, o si es más bien a la inversa...es un tema que no pretendo resolver. A mi parecer, es como el dilema del huevo y la gallina. Tampoco me parece que elucidar esa cuestión resuelva mucho. Pero como alguien siempre tiene que dar el primer paso, reconocer desde ambas lecturas que esto es así (es decir, que es probable que un cambio por parte de los medios redunde en un cambio de la sociedad y/o viceversa, que es lo mismo que decir que entre medios de comunicación y sociedades hay relaciones de interdependencia, o de mutua influencia) es un buen modo de romper el hielo. Y, en principio, estar de acuerdo en que el alarmismo es totalmente ineficiente a los fines de mantener la salud -individual y comunitaria- también es un buen punto de arranque.
Dato para el lector desprevenido: yo no soy fanática de los medios monopólicos de información y noticias, pero en esta tengo que darles la derecha. Creo que fue una de las pocas veces que pude apreciar en vivo y en directo el peso (id est: el poder) contundente de los medios. Y donde digo «poder» puede leerse perfectamente «función de regulación social», sólo que en esta ocasión asistimos al espectáculo en su expresión más...bella (sí, la cercanía del apocalipsis nos permite la licencia poética): la función de pacificación. Eso hubiera dicho si -de hecho- la gente prestara atención e internalizara lo que se comunicó estas últimas semanas. Los resultados demuestran que algo en la cadena de transmisión falló y el “espectáculo en su expresión más bella” fue trunco.
De todos modos, haciendo gala de máximo espíritu diplomático, sugiero saltear el tema de las culpas y pasar al tema de los efectos. Dato: por una u otra razón "el público está alarmado", "la gente está nerviosa", "los argentinos tienen miedo" o su equivalente "aumenta la venta de barbijos y guantes". Y como buena sociedad consistente que somos, nos hemos puesto a la defensiva en todos los niveles que pudimos. Cerramos fronteras, apedreamos micros, segregamos a cualquiera que tenga la nariz irritada. Esto, señores, se llama "histeria colectiva". Es más o menos esperable en estas situaciones, pero -al igual que la N1H1- exige acción inmediata.
Un buen primer paso sería dejar de señalar acusadoramente (como hace el Dr. Alcain) y llevar adelante la difícil tarea de la introspección. Los ayudo: ¿Cuántos de ustedes sintieron auténtico miedo estas semanas al ver a alguien con barbijo? ¿Cuántos evitaron a los resfriados y estornudadores invernales de siempre? Ahora, ¿Cuánto de este alarmismo puede adjudicarse a los medios, y cuánto es endémico de la sociedad argentina de clase media? ¿No es acaso el alarmismo el síntoma de la obsesión consitutiva de la emotividad burguesa, de esta emotividad caracterizada por la necesidad de estar viviendo de modo permanente sucesos extraordinarios? Esta desesperación por ser parte de los eventos que transforman radicalmente el mundo, esta pulsión trascendentalista, ¿Nos empuja a reconceptualizar nuestra realidad en términos homéricos? Lo que quiero señalar es que hay gran ansiedad por parte de un grupo específico de individuos de ser parte de la historia, pero ¿A qué costo? La grandilocuencia narcisista no es novedad, pero quizás llegar al punto en que el afán de "ser parte" nos coloque como protagonistas del Apocalipsis ya sea demasiado muchachos. Ahora parece que el status depende del nivel de cercanía que uno tenga con un portador del virus...qué tremenda pe-lo-tu-dez.
En estricta línea grondonista, una reflexión final con alusión a algo clásico. En los grandes relatos épicos no hay lugar para que todos seamos héroes, pero todos somos protagonistas. Yo resigno feliz el papel de héroe a los infectólogos, a los médicos, a la OMS, a los cuidadanos que mantienen la calma, a los medios de comunicación que -como pocas veces, repito- escriben un guión de país y realidad plausible, vivible. ENTONCES, ¿De quién es la culpa? ¿Quién instauró la sensación de apocalipsis, de inevitable tragedia, de descontrol? Sé quiénes no fueron. Habrán de defenderse quienes se sientan tocados. Y sí señores, la carga de la prueba está (como suele estar, como creo que está siempre) en quienes se quejan al pedo, en los que atentan contra la paz, en los que rompen las pelotas con nimiedades. El equivalente médico (porque, aceptémoslo, a todos nos gustan las metáforas biológicas) sería un paciente que tiene un paro cardio-respiratorio en el instante justo en que se rompe una uña. Atención, que acá hay más de uno que llamaría angustiado a una manicurista.
* Media consultant, tenedora del secreto de la mousse de chocolate perfecta, polista amateur.
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miércoles, 17 de junio de 2009
PUTOS POLITÓLOGOS ( “fucking“ sería antipopular )
Jubilada (en reparto): “Yo a los peronistas no los entiendo”
Futuro politólogo: “No es así abuela, vos no entendés nada, pero si lo analizas desde el Racional Choice, el peronismo ofrece incentivos selectivos positivos y negativos que premian ese conocimiento. Además, desde un enfoque neo-corporativo, los grupos de presión que conviven a lo largo y a lo ancho del movimiento presionan satisfactoriamente por beneficios. Sin olvidar que la organización del Estado, estructuralmente, genera todas esas cosas que a vos te preocupan. La fuerza simbólica junto con la destreza organizativa lo convierten en una corporación preparada para gobernar en múltiples condiciones, te lo digo yo que estudio estas cosas”
Jubilada (en reparto): “ah… ¿comiste algo antes de venir?”
Por Norman Pla*
Recuperando parte del artículo de Verónica Bianchini (“Corrupción, la variable fantasma) publicado en Apócrifos –un abrazo grande para los amigos de la estética letrada- vuelvo a una vieja conclusión, gracias a mi nueva musa inspiradora: PUTOS POLITOLOGOS. No deja de inquietarme la distancia entre la opinión pública y la academia acerca de cuales son las problemáticas políticas más inquietantes. No es que la opinión publica y su respaldo mediático tenga razón (de hecho, “el pueblo, a veces, es un pelotudo”, José Pablo Feinmann dixit), pero mantener esa fría distancia típica de pareja recién divorciada nos aleja de una buena educación colectiva y del hallazgo de las tan esperadas soluciones. Teniendo en cuenta que esta colectividad posee los maravillosos secretos de la única herramienta de transformación social que nos queda, ante el fracaso estrepitoso de las AK47 y los discos de Piero, solo nos queda pedirles que apaguen el aire y salgan de la oficina.
A todos los que nos esforzamos por entender que entender –siendo redundante – exige escarbar un poco mas allá, nos incomodan bastante las formas en que se trata la política desde los medios, desde los contestadores de los programas de AM, desde la publicidad y desde los taxis. Nos incomodan los periodistas de TEA, especialmente los deportivos, pero eso quedará para otro artículo.
No me refiero a que salgan a educar por los barrios en busca de la voluntad general. Jubilemos a Rousseau pero no lo mandemos a un geriátrico. Pongámosle al menos un programa de cable. Pero sí, empiecen a hablarle a los no iluminados. Más humildemente, reduciendo un poco lo especifico, quitando palabras en inglés, planteen preguntas útiles, ayuden a que nos repensemos prescindiendo del psicoanálisis. Ya hemos hecho suficiente terapia.
Háganse un lugar en los medios, a los codazos aunque sea (Con Grondona puede ser más vehementes, incluso), que del resto nos encargamos nosotros. Desde aquí, le decimos basta a las fotos típicas del intelectual con su biblioteca detrás, le decimos basta a los “papers (ohhhh)” solo para unos pocos, basta de miedo a nivelar para abajo, basta de sectarismos y mezquindades personales. Queremos fotos de ustedes en una bailanta o puteando a un arbitro en la platea de la Bombonera. Queremos que escriban en rollos de cocina y lloren en espacios públicos.
Si tienen en cuenta que solo se habla de encuestas, que el principal matutino encabeza sus titulares con un “dicen que…”, que solo se habla mal de otros, que nadie recoge el guante, que se ha impuesto el “estilo Majul” a la hora de hacer entrevistas, que Tinelli hace “humor político” y que somos jóvenes posmodernos que ya hemos desidealizado a nuestros padres y andamos buscando héroes, esto es un llamamiento histórico. Los necesitamos.
Sépanlo, el que come y no convida tiene un macrista en la barriga.
*Esceptico. Lateral derecho con escasa proyección y mucha voluntad
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martes, 16 de junio de 2009
Celsius 232.77: Juan... la posta es no leer. En serio eh.
Ante la negativa para con la lectura de estudiantes universitarios, Ray Bradbury vuelve a la lista de best seller. Y ya se debate en el Congreso una nueva ley de imprenta.
Por José Maria Cullen
No deja de sorprenderme esa afirmación y pregunto: ¿Qué hace esta gente en una facultad? Y pienso: ¿Cómo puedo, y cuanto vale aprobar un examen? Tomando en cuenta los limites de tiempo es muy difícil poder completar las lecturas asignadas para cada materia. Más, a veces la pobre construcción del programa de estudio parece hacer de nuestra vida un sedentarismo eterno. Pero no es imposible, y la resignación es una condena que se llama ignorancia.
No dudo de los objetivos perseguidos por el estudiante universitario, pero si de su compromiso para con las demandas que la empresa exige. Cuando comencé el proceso universitario que derivó en la decisión de estudiar politica, una de mis preguntas se relacionaba con la relevancia de la lectura. La historia me condenaba en este punto. Papa y mama nunca me leyeron nada, y el habito de lectura era ajeno para mi. Sin embargo, y sabiendo la relevancia de la lectura, no deje que los obstáculos avasallen mis deseos. El corazón pudo mas.
Cada materia aprobada me acercaba mas a mi objetivo: recibirme. Esto era todo lo que yo y mis padres anhelaba. Tener un papel en la mano, poder encuadrarlo, y posteriormente colgarlo en una pared constituía el sueño que me despertaba cada noche. Entre esos sueños también se mezclaban imágenes de guerra, Maquiavelo, revolución, Rousseau, detenciones por manejo bajo influencia, Montesquieu, unos perros entrenados, y Pavlov. A pesar de los esfuerzos hechos por un profesor en psicología cognitiva, nunca pudimos descifrar el significado de esos turbulentos sueños. Un hecho me preocupa: las imágenes se repetían con mayor intensidad antes de cada examen.
Ante la realidad de una serie de exámenes fallidos, mi mente comenzo a realizar un giro, una revolución, un quiebre con la historia. Era hora de cambiar la estrategia de estudio frente al nuevo contexto. Era necesaria la regeneración que caracteriza al virus expuesto repetidamente al mismo anticuerpo. El nuevo método seria una lectura detallada, detenida, comprensiva, y critica. Pero no todas las materias se aprobaron.
Las imágenes no cesaron, se incrementaron, y con el tiempo cimentaron una manera única de ver y comprehender lo que ocurre a mi alrededor. No me recibí a tiempo, mi promedio no me permite viajar a Francia, tampoco saco chapa de intelectual frustrado por un sistema corrupto. La lectura, sin embargo, me dio la oportunidad de aprehender conceptos útiles que un resumen amateur jamás me ofrecerá.
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domingo, 14 de junio de 2009
EL SISTEMA
La humanización de la maquina y la mecanización del humano. Hoy en día se amputan las fantasías y se organizan las frustraciones; se divide el trabajo y hace grandes avances como la tecnología atómica y la tosca inmadurez del mundo del poder lleva a eliminar pueblos indefensos, a justificar por urgencias inexistente la destrucción. Falta arte, falta persona, falta sociedad y comunión. La característica principal de este sistema es la tragedia; el aumento de los medios materiales y el dolor y la tristeza como la condición del hombre actual; la pobreza de alma. ¿Estamos buscando aliviar la condición del hombre? ¡NO!
Por AZ
“Un análisis a la maquina que nos produce, como otras maquinas, y que se afirma como eterna y como producto de la naturaleza del hombre pero no siempre fue así, y depende de nosotros parar el carro antes de que se destruya el mundo y los recursos y solo queden los dueños vs los necesitados, los poderosos vs los desprotegidos”
Existe una tendencia social a violentar y a excluir. Una tendencia que parte de nuestra estructuración mental a definir nuestra identidad por la oposición del otro. Nuestra cabeza se compone por figuras simbolicas, la familia, la moral, el deseo, la norma, algún héroe y también profesores. Esas figuras nos “interpelan”, nos preguntan, nos condenan y nos golpean; Kafka dice que en este siglo no existe la privacidad, uno nunca se va a dormir solo, la paranoia es la manifestación de la conciencia del ser-para-otro. Nos da miedo estar parados en el tribunal social todas las noches por eos también les rendimos cuenta, por eso también violentamos.
Es nuestra psiquis, la que se configura socialmente, el alma de la época, el “Zeitgeist”; desde nuestra el pensar vemos proposiciones ya conocidas, rastreamos triangulos, círculos y cuadrados, o colores. Siempre en alguna dimensión damos forma, prejuzgamos y homgeneisamos bajo la luz que nos permite conocer, bajo una luz. De la escuela, de la familia, la clase social, la tele, los actos que nos parecen valerosos y que nos proponen como modelo a seguir, desde allí rastreamos lo desconocido, el “Sujeto” de Althusser, el “Otro” de Lacan o el “Dios” de Feuberbach, y cito a estos autores por un lado para mostrar que estoy leído, porque ustedes también están en mi mente juzgándome, pero también lo hago para que busquen, por lo menos en Wikipedia, quieren fueron estos muchachos.
La sociedad es un rio encausado hacia un supuesto mar, nosotros como gotas de agua pertenecemos a ese colectivo. Pero hablar de individuo, de subjetivo, de objetivo, me parece todo muy ambiguo; ¿No existe patrones de subjetividad? Si, el sujeto colectivo joven diteliano tiene una identidad y su creencia, el villero, el joven UBA. Pero así como en todo el mundo no existe ningún triangulo (los angulos y las medidas a un nivel no cumple con la idea, googlealo), así también pienso a esos sujetos colectivos, así también pensamos a la economía y a muchas cosas más. Priorizamos un punto de vista, un enfoque.
Discriminamos diferencias particulares y buscamos los patrones de similitud para ponerle nombre a esa correspondencia, pero también hacemos una bolsa con lo diferente y lo indeterminado. Decimos “La nada”, cosificamos la indefinición, la hacemos un objeto, algo. Entonces está el grupo, lo definido, y lo marginado, ya desde el pensar no existe la universal aceptación y el dejar ser mental.
En toda sociedad existe la noción romana de civilización y barbarie. Ese es el sistema. EL grupo vs los marginados que van cambiando según la época: el judío, el árabe, el homosexual, el negro, el villero. “And the Germans kill the Jews, And the Germans kill the Jews, And the Jews kill the Arabs, And the Arabs kill the hostages, And that is the news, is it any wonder that the monkey's confused?” Dice la letra de Perfect Sense tema de Roger Waters inspirado en “Space Odissey 2001” de Kubrick. Dice que una imagen vale mil palabras, y si tengo que elegir alguna de esa película es el mono agarrando un hueso, destruyendo un cráneo y luego lanzándolo al aire, y este girando se transforma en una nave espacial.
La conquista y la expansión en post de la nada, en post de más, de más conquista y menos vida interior. Que identifiquemos al Arte moderno como algo sin tema, sin finalidad, demuestra este punto, el nihilismo y el vacio de significado y Lewis Mumford dice que esto dista bastante de no tener un sentido y un punto, una lectura.
En esta nada, propuesta como política social, como fe y fundamento, encontramos a los teólogos y a la religión. La ciencia sumida a la producción sin sentido, la facultad que deja de ser universidad, universal, a ser una relativización de la posibilidad de abarcar algo.
Somos los discípulos de estos teólogos en el ámbito del poder y la verdad. La forma oficial, el enfoque oficial, está frente a nuestras narices. La verdad no es una proposición, no es que Dios existe o que Dios no existe, en el análisis del concepto dios en relación a su existencia. Nadie discute que lo que se discute, la verdad, ni las implicancias del enfoque.
Esto es el imperio romano, “Do the evolution” de Pearl Jam, “2+2=5” de Radiohead en alusión a 1984 de George Orwell, “Un mundo feliz” de Huxley.
El colectivo social, la inconciencia colectiva, es entonces, el Poncio Pilatos de este Dios llamado buscada del máximo beneficio, de esta fe y religión a la vez. Individualmente hacemos los que nos parece más beneficioso pero colectivamente esto termina destruyendo el sistema financiero, y además ¿Qué es lo que nos beneficia realmente? ¿En función del dinero y de tener más cosas?
La publicidades, el marketing también, demuestran que los objetos nos simbolizan sensaciones, valores e ideas, lo que en realidad buscamos esas cuestiones; el mate como modo de sociabilizar, el café también, el pagar 2400 por mes a una facultad para pertenecer a un elite. El dinero es el permiso a entrar en rituales y conductas que son la materilización de las ideologías.
El miedo al totalitarismo afirma la inexistencia de valores y de mundo internos. Pero eso es solo el discurso, el país de la libertad, Estados Unidos, es uno de los más grandes fundamentalistas. “Más libertad le damos, más cárceles construimos” gritaba Galeano allá por los 70.
El capitalismo es egoísmo y el comunismo es una burocracia capitalista. Soy de aquellos huérfanos de partido y de bandera, ciudadanos del mundo pero devotos al folklore y al color local. Esto en un campo semántico, en una orbitas y así como cada uno de nosotros nos movemos en iguales sistemas solares o diferentes galaxias.
El miedo y la urgencia justifca todo. Una sociedad temerosa y deprimida consume y delega responsabilidad; una sociedad con mucho trabajo es una sociedad sin tiempo para pensar.
Las noticias nos dicen que hay muchos crímenes y aunque nunca nos hayan robado emepzamos a gritar que deberían matarlos, borrarlos de la faz de la tierra. La inflación es el aumento de los precios, que baje entonces carajo. Pero estos son termómetros de gripes, enferemdades sociales, productivas, problemas de fondo. Hablando de gripe, solo se murieron 124 personas de gripe porcina y no es mortal si se trata; ¿Qué pasa con el mal de chagas, enfermedad de los pobres en los cuales hay 4 millones de afectados? Mueren 10 personas por semana (http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-124771-2009-05-12.html) en la argentina de mal de Chagas; el dengue, el hambre.
El sensacionalismo y la uregncia son sinónimos a la irreflexión: ¿De qué recursos limitados hablamos si el mundo produce 5 veces más de lo que puede consumir? ¿Si el 20% de la población consume el 80% de los recursos? ¿Si 1 billón de personas se mueren de hambre mientras que se construyen grandes edificios, se cosechan desiertos y se tiran abajo bosques enteros?
Avasallamos lo que no entendemos. Afirmamos la libertad a aquellos que nacen desprovistos de herramientas, de brazos, ojos. SI tengo la libertad de ir a comprarme un BMW ¿Cómo? A no se, está la posibilidad. En las cárceles hay mucha libertad, pueden hacer lo que quieran, decir también lo que quieren, no importa si alguien los escucha, pueden gritar que están presos, preciosa libertad de dejarse morir, de escapar del Leviatán.
Afrimamos entonces, que pueden hacer lo que quieran con los recursos, si pagan por ellos, van a administrarlo de la forma que les sea más rentable y esto es lo único objetivo. Pero ¿debemos permitir la explotación de recursos no renovables? ¿Hasta que punto la actividad económica afecta solo al dueño?
Recuerden el concepto de externalidad; una actividad económica puede contaminar, no se olviden del desmonte en Chaco y la consiguiente inundación, después todos mandamos ropa, pero nadie se preocupa por el problema de fondo. Los agroquímicos contaminan el agua de zonas rurales, como casos extremos Pehuajo y Casares tiene una red de agua cancerígena, llena de metales pesados usados en este avance de la tecnología, de la sociedad.
El sistema entonces, es esa particularidad social, rituales, la cotidianeidad, los valores y la falta de valores que nos hace a todos actuar de una determinada manera. Nos hace apoyar la violencia, tenerle miedo y hacernos temer. Nos hace cerrarnos a nosotros mismos, y cuando estamos separados es fácil que nos conquisten. En otras épocas la sociedad se regia por principios como la reciprocidad y la redistribución y el intercambio era fundamental.
El mercado es necesario, pero la sociedad de mercado es diferente, la sociedad burlgarizarda y sin valores en post de la acumulación de unos pocos, eso es muy diferente. Vemos que se privatizan las ganancias y se sociabilizan las perdidas: los banqueros que produjeron la crisis de la bolsa fueron recompensados para incentivarlos a activar la economía, la explotación de recursos beneficia a unos pocos pero contamina, da trabajo, es verdad, pero en que condiciones.
Así nos animamos a decir que hay que ser eficientes. Aprovecharnos a sacar el máximo provecho ¿Para qué? ? El silencio como respuesta a esa pregunta, eso es el sistema.
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Salchichas Unidas
Elecciones presidencials, campañas electorales y economía de mercado. Que tienen en común y que nos espera a los argentinos en el año 2011: el Dr. Karamchand nos ofrece un vistazo hacia el futuro.
Por Mohandas Karamchand*
Es el año 2011 en la República Federal Argentina y se acercan las elecciones presidenciales. Los candidatos son conocidos y las campañas electorales se ven a través de toda la nación, movilizando a las masas, convocando a debates televisivos entre los candidatos y generando un tema de conversación homogéneo en la población civil. ¿A quien vas a votar? Parece ser la pregunta clave en estos momentos de incertidumbre y confusión ante las opciones presentes. Como si uno estuviera frente a un buffet, en el cual solo se puede elegir un plato para comer el resto de la noche y sin conocer los contenidos de dicho plato, es decir una elección al azar. La diferencia radica en que los presidentes tienen un mandato de cuatro años y que a diferencia de los platos de comida, los candidatos pueden fomentar su elección mediante publicidades y actos populares. El denominador común sin embargo, sigue siendo aparentemente la elección al azar, por no mencionar la incógnita que representa el contenido de los programas políticos.
Por esta razón los candidatos han encontrado una nueva manera de hacer campaña, dejando los proyectos futuros y la ideología a un lado para concentrarse en un marketing de su persona basada en un producto de consumo. Naturalmente, en sus inicios, todos sospecharon de esta nueva estrategia política para acumular votos, pero debido al gran incremento de la popularidad del candidato Hermes Binner, el primero en adoptar la táctica, la comenzaron a emplear también otros candidatos. Esta estrategia resulta del cruza entre el conocido “product-placement” (el tipo tomándose una Pepsi en la nueva película de acción de Hollywood) y el caos reinante en la política argentina. La implementación es relativamente simple, se busca una empresa patrocinadora a la cual el candidato dona su nombre para que se utilize para un producto, incrementando así las ganancias de la empresa mientras aumenta su popularidad junto a la del producto. En fin, ambos lados se benefician.
El candidato Hermes Binner ha demostrado que los resultados pueden ser muy sorprendentes, aumentando su popularidad en un 10%. Este resultado fue obtenido apenas un mes después de la aparición de las hoy ya famosas Salchichas Hermes Binner y fue seguido por los Neumáticos Reutemann, los HeliKopteros Kirchner, los Supermercados Carrio y las nuevas armas para la inseguridad propuestas por Carlos Menem, las CM-11 (pequeño revolver para defenderse de los chorros, para la dama, el caballero...), por nombrar solo algunos. Y el pueblo argentino responde! Las ventas han aumentado un 34% en el ultimo mes, beneficiando especialmente a aquellos candidatos que han optado por productos útiles y/o de consumo masivo, no solo por la dispersión del producto a través de la sociedad, sino también por el uso de dicho bien como símbolo de pertenencia, especialmente importante en los actos populares. Ya no resulta ser una imagen extraña en la Capital ver a cantidades impresionantes de manifestantes con salchichas en las manos, recorriendo la 9 de Julio. Al igual que ya nadie lamenta la muerte de un joven, luego de un intento de asalto a un taxista, a manos de una CM-11 (ni hablar de los tiros al aire luego de los discursos de Carlitos, que han causado la muerte de varias aves e incluso de algún heliKoptero).
El cambio ha llegado a esta gran nación y por primera vez hemos sido nosotros los impulsores de una nueva iniciativa, finalmente demostrándoles a los europeos y a los norte-americanos que nosotros podemos progresar sin ellos. Hemos revolucionado la forma de hacer campaña, hemos hecho el primer paso y otros nos seguirán. En fin, hemos logrado conseguir la tan deseada (y hasta hace poco ausente) identidad partidaria, facilitando el funcionamiento correcto de la democracia y la creación de facciones dentro de una nación que era predominantemente peronista.
* Especialista en muchas cosas
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Chanchos intolerantes!!
Por Haroldo Urondo*
“Me dice ¿Por qué te pelaste? Y yo ¡Por el asco que dá tu sociedad!” Luca, que era extranjero, lo vió claramente. Los temas que ameritan preocupación mundial, nos resultan bastante útiles para analizar la perspectiva desde donde la argentinidad lo enfoca, y desnudar esos vicios reiterados. La gripe porcina –o sus múltiples nombres- sacan a relucir nuevamente la intolerancia violenta y medio pelo de nuestra sociedad. Y a esta altura del partido, con tanto escrito acerca de lo ¿irremediable? de nuestro ser, debo decir “no sé”.
No sé por donde viene la solución, pero tal vez tenga que ver con que tampoco sé de donde viene el problema. No creo que haya sido siempre así, porque si mal no recuerdo, esta es una sociedad que forjó su ser en base a la diferencia. Una sociedad que se hizo con gente de otros pagos. Ver gente que trata de linchar a potenciales enfermos en un hospital –afortunadamente, entre comillas, bastante lejos de Buenos Aires, lo que permite federalizar la estupidez- o consorcios que echan de su edificio a familias con chicos infectados…con todo lo que esto significa…me da motivos para el asco, la bronca, pero como escribo contra la intolerancia –que yo también llevo dentro- le voy a decir “pena”, que es mas liviano pero igualmente doloroso.
Básicamente, no escribo esto para dar un diagnostico, sino para buscar alguien que me de una respuesta, alguien que haya escrito algo parecido a la “genealogía de la intolerancia argentina”, algún intelectual, albañil o maestro de escuela primaria, que en sus ratos libres se haya puesto a esbozar una respuesta.
Aunque si lo pienso bien, puedo ser mas positivo y preguntarme, ¿Dónde se forja la solidaridad de un pueblo? Genéticamente, en la panza, dirían los que predican contra el aborto. No me convence… ¿En el seno familiar? Parece bastante azaroso para ser efectivo… ¿En la escuela? Me sienta mejor, aunque habría que garantizar que todos pasan por el mismo proceso… y después los caminos comunes se abren irremediablemente. Uno estima que la cosa pasa por aquí, por ese periodo formativo que nos moldea de acuerdo a lo que los adultos quieren que seamos, donde ponemos en duda hábitos hogareños y nos confrontamos con otras realidades. Podríamos poner reglas que nos den cierta previsibilidad sobre nuestros comportamientos, pero no garantizamos que todos las cumplan. Podríamos agregarle un castigo que hiciera efectivo el cumplimiento, pero estaríamos entrando en un terreno espinoso. Y aquí llegamos a un camino sin retorno.
Es confuso el asunto, desde ya. Un amigo extranjero me advierte en un español con acento extraño: “en increíble la diferencia de lazos. Las relaciones familiares y de amistad son generalmente muy solidarias, muy calidas y comprensivas, pero fuera de ese círculo, el egoísmo y la intolerancia son alarmantes”. Resumiendo: dentro de la familia todo, fuera de ella, nada. Grandes amigos pero pésimos ciudadanos.
* Cronista enfurecido
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PRAXIS FUTBOLÍSTICA
Una mirada, desde una pizzería de Pompeya, de la ideología futbolera. Mística y utopía, la vuelta del Socialismo utópico de la mano de Ángel Cappa. Pase y lea
Por Huber Cocca*
“Tienen más miedo de perder que impaciencia por ganar. El resultado inevitable es un fútbol menos atrevido y vistoso”
Desmond Morris, “El Deporte Rey”
Escribo estas líneas en un intento de rescartar al equipo del olvido, en el que seguramente va a caer, victima del exitismo que reina en nuestro deporte. Es muy probable que no resulte campeón, porque el destino condena de antemano estas aventuras, y además aconseja armar el esquema de atrás hacia adelante. Será cruel su futuro, como lo es nuestra sociedad con los que no triunfan, que con una sorprendente convicción filosófica, destruye el ser, acusando un violento “no existís”. Pero lo de Huracán me ha emocionado. En Pompeya, mi barrio de toda la vida, ya se habla de la vuelta del Socialismo Utópico. Se sabe de antemano su corta existencia. Se lo compara con la primavera de Praga o la Comuna de París. Sucesos, en forma de chispazos, que nos sirven para recordar que hay otras vías, que nos sacan del letargo y como cualquier utopía, sabiéndolas de difícil alcance, nos sirven para seguir caminando. A los colectivistas de la Pizzería “La Rumba” nos tomó por sorpresa. Pensamos que nuestras opciones futbolísticas se habían agotado con el agotamiento –valga la redundancia- de Marcelo Bielsa. No nos terminaba de convencer del todo, por el hecho de sacrificar demasiadas libertades individuales en pos del colectivo. Nos parecía abrumador, pero nos enorgullecíamos de esos tipos que perseguían un ideal en cualquier cancha, con esa conciencia de clase y ese sacrificio en pos de la igualdad entre los delanteros y los laterales-volantes. Sin embargo, al igual que cuando rompimos con la URSS, alertamos contra la excesiva burocratización, la falta de libertades y el fin de la sorpresa.
Fueron tiempos oscuros estos últimos, condenando la cultura del “Aguante” y las opciones de “Realpolitik-futbolística”, tan cargadas de retórica liberal para maquillar autoritarismos, esperanzas de salvación en pocas manos –o pies, mejor dicho- y obnubiladas por el voraz deseo de ganar a cualquier precio.
No somos eso, somos románticos, valoramos la estética y el espíritu de grupo a costa de mezquindades personales. Valoramos las formas por sobre los resultados – motivo por el cual fuimos expulsados del PS, bajo el mote de “pseudo radicales”, tristemente – y evitamos comparaciones con equipos de Play Station. Hasta que volvió Angelito, con la pesada carga del derrotero Menotista. Idealistas, perdedores, mufas, inconformistas, humanos, tan…parecidos a nosotros, los de la pizzería “La Rumba”.
Y de repente, apareció algo especial. Nada realmente revolucionario, pero valido y necesario según nuestro humilde entender. Lo viejo combinado con lo nuevo, tal vez masticado por Cappa en su largo exilio, una condena nacional que parece fortalecer a todo aquel que lo sufre. Jugadores formados en distintas escuelas, provenientes de distintos lugares, tan lleno de ignotos provincianos para el unitarismo porteño, tan lleno de “fracasados” – según la condena popular - que vuelven de Europa sin millones y sin botineras. Y una idea, un método y un objetivo. La idea, un juego vistoso que justifique el valor cada vez más inalcansable de una mal llamada “popular”. Debe ser como una obra de teatro, un buen drama que nos permita seguir conversando durante un largo tiempo, que nos permita hablar desde la emoción y llorar en público. El método, la pelota al ras del suelo, el toque corto, la movilidad, volantes con llegada, laterales que se desprenden y explosión en el área rival. Sacrificio y creatividad en iguales dosis. El objetivo, hacer tambalear al poder. Si es posible ganar, pero nunca, nunca, a cualquier costo. Cappa mata Maquiavelo. Nuestro mejor resultado será que las generaciones futuras comprendan el mensaje, que la virtud ingrese al sentido común.
Será difícil, en unos meses el equipo se desmembrará, muchos tomarán champagne en la barra de Esperanto y dormirán con señoritas de moda. Pero tendrán Nostalgia, sabrán que fueron parte de algo extraordinario. Y soñaran, tal vez, con volver. Ese es el valor de una idea. Gracias Ángel.
*Periodista deportivo que nunca daría clases en el Instituto de Fernando Niembro
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“Sé el cambio que quieras ver en el mundo”
Dejemos de esperar el milagroso cambio de arriba y comenzemos a luchar por un país más digno. Basta con mirarse en el espejo para ver las fallas en nuestro sistema actual, asi que a ponerse las pilas!
Por Mohandas Karamchand*
En vista a las elecciones legislativas nacionales que tendrán lugar el 28 de Junio, me gustaría tomar un momento para reflexionar acerca del estado en el que se encuentra nuestro sistema político y sus participantes. En este sentido resultara mas interesante concentrarse en las actitudes adoptadas por los dirigentes de este país, ya que la estructura constitucional de la República Federal Argentina (con todos sus defectos y virtudes) no parece influenciar demasiado en la toma de decisiones de los gobernantes, debido a una serie de dificultades.
El mayor problema al cual se enfrenta nuestro país actualmente a nivel institucional es la corrupción. Al no poder superar esta dificultad el sistema entero comienza a desvirtuarse, las instituciones del estado, las fuerzas de coerción, el sistema bancario y hasta el sistema escolar, todo queda paralizado. Esto naturalmente tarda su tiempo, pero ya son reconocibles los grandes defectos de las políticas implementadas por nuestros pasados presidentes y legisladores. Sin embargo no es mi intención señalar casos específicos, ya que prefiero ir un poco mas allá e intentar descubrir porque nuestros gobernantes siempre parecen caer en la corrupción. Parece muy evidente que el problema no radica únicamente en ellos, especialmente cuando uno mismo reconoce por ejemplo que alguna vez ha sobornado a un policía para que no le hagan una multa en la ruta. A lo que voy es que es siempre mas fácil echarle la culpa a alguien. Es mas simple decir: “Si no hubiese estado tal y tal hoy estaríamos mucho mejor”, que reconocer el problema de fondo. A los gobiernos pasados, desde la reinstalación de la democracia en 1983 hasta hoy, los votamos nosotros los argentinos. Las personas que ocuparon los cargos y tomaron las decisiones también éramos nosotros los argentinos. Es innegable que tanto los políticos de antes, como los actuales, en algún momento fueron ciudadanos como vos y yo, que no poseían mas que nombre y apellido. Dejando la educación de los padres en cada caso individual a un lado, resulta evidente que la sociedad en si ha moldeado a estos personajes, asemejándolos a todas las demás personas. Naturalmente no han tenido las misma experiencias que la mayoría de nosotros y por supuesto que han vivido una vida mas acomodada que un gran sector de la población. Pero en mi opinión esto no necesariamente es relevante.
El problema fundamental radica en la sociedad, no en el individuo, el partido político o en la ideología. Hemos tenido muchísimos gobiernos en nuestra historia, dictaduras, autoritarismo, democracia, kirchneristas, menemistas, radicales, peronistas, etc.. Pero el factor crucial de la corrupción permanece. Y además no se encuentra solo en la esfera política, porque se nota en todos los niveles de la población, sea en el acto criminal del pobre, en la coima de una persona de clase media a un policía o en la evasión de impuestos de las clases altas. Es casi ridículo pensar que solo los políticos son corruptos y llevan la culpa de todas las miserias de esta nación. Quieren saber quien esta corrompiendo esta sociedad? Quien esta destruyendo este aboliésemos país? Nosotros, los argentinos. Cada uno que roba, mata, extorsiona, no paga sus impuestos, que tira basura en la calle, que pincha la línea de televisión del vecino, que vende mercadería robada, fomenta políticas ineficaces o simplemente se aprovecha de otra persona solo porque se cree mas piola. Todo entra en la misma canasta. Aunque haya grandes variaciones en cuanto a la gravedad de estas acciones en el fondo representan la corrupción. Es la corrupción de los valores, de las virtudes, de la razón. Una vez que uno logra comprender este hecho y de procesarlo, puede descubrir que la solución no va a aparecer de hoy para mañana.
El cambio NO va a venir de arriba. Los políticos NO van a mejorar este país de forma significativa. Seguro, seguiremos ahí, en nuestro eterno sube y baja, pero si realmente queremos crecer y dejar de jugar en la plaza, podemos. Pero nosotros lo tenemos que querer. Eso requiere dejar de querer beneficiarse a costo de otro y solo perseguir fines egoístas, significa cambiar. Si, lo dije, nosotros tenemos que cambiar. Todos, los políticos, los chorros, los banqueros, los ejecutivos, los empleados públicos, los kiosqueros, los policías. Solo así se lograra un cambio duradero y realmente positivo para nuestra sociedad. Nos vamos a morir esperando que alguien haga una revolución o que algún charlatán nos resuelva los problemas. Actuar más y hablar menos, educar más y robar menos, ayudar más y destruir menos. Si hay que seguir alguna ideología, filosofía, religión o lo que sea, que mejor que creer en nosotros mismos, que cada uno de nosotros es capaz de contribuir a la mejora de nuestro país y hasta de nuestro mundo entero. Revolución? Esa es una verdadera revolución. Una revolución de los valores, de la idiosincrasia de una nación. Es una revolución que no te pide que mates a nadie. No te pide que pongas una bomba, que lleves un símbolo en una bandera, que te identifiques con algún tipo de ritual o que uses un uniforme. Lo único que requiere es que cada uno haga su parte, que contribuya en lo posible a mejorar la vida colectiva, porque en definitiva, quienes son más aptos para mejorar nuestra sociedad que nosotros mismos? En cierta manera somos dueños de nuestro propio destino, es decir, los políticos de las próximas generaciones serán producto de una sociedad diferente, está en nosotros proveer el cambio. Será tal vez un idea muy largo-plazista, pero es algo en lo cúal pueden participar todos y no será en vano. De ultima, que nos cuesta? Tomamos algún riesgos por ser buenas personas y fomentar valores positivos? Para concluir los dejo con unas palabras sabias de Ernesto Guevara: “No se trata de cuantos kilogramos de carne se come o de cuantas veces por año pueda ir alguien a pasearse por la playa, ni de cuantas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad”.
* Especialista en muchas cosas
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