domingo, 14 de junio de 2009
PRAXIS FUTBOLÍSTICA
Una mirada, desde una pizzería de Pompeya, de la ideología futbolera. Mística y utopía, la vuelta del Socialismo utópico de la mano de Ángel Cappa. Pase y lea
Por Huber Cocca*
“Tienen más miedo de perder que impaciencia por ganar. El resultado inevitable es un fútbol menos atrevido y vistoso”
Desmond Morris, “El Deporte Rey”
Escribo estas líneas en un intento de rescartar al equipo del olvido, en el que seguramente va a caer, victima del exitismo que reina en nuestro deporte. Es muy probable que no resulte campeón, porque el destino condena de antemano estas aventuras, y además aconseja armar el esquema de atrás hacia adelante. Será cruel su futuro, como lo es nuestra sociedad con los que no triunfan, que con una sorprendente convicción filosófica, destruye el ser, acusando un violento “no existís”. Pero lo de Huracán me ha emocionado. En Pompeya, mi barrio de toda la vida, ya se habla de la vuelta del Socialismo Utópico. Se sabe de antemano su corta existencia. Se lo compara con la primavera de Praga o la Comuna de París. Sucesos, en forma de chispazos, que nos sirven para recordar que hay otras vías, que nos sacan del letargo y como cualquier utopía, sabiéndolas de difícil alcance, nos sirven para seguir caminando. A los colectivistas de la Pizzería “La Rumba” nos tomó por sorpresa. Pensamos que nuestras opciones futbolísticas se habían agotado con el agotamiento –valga la redundancia- de Marcelo Bielsa. No nos terminaba de convencer del todo, por el hecho de sacrificar demasiadas libertades individuales en pos del colectivo. Nos parecía abrumador, pero nos enorgullecíamos de esos tipos que perseguían un ideal en cualquier cancha, con esa conciencia de clase y ese sacrificio en pos de la igualdad entre los delanteros y los laterales-volantes. Sin embargo, al igual que cuando rompimos con la URSS, alertamos contra la excesiva burocratización, la falta de libertades y el fin de la sorpresa.
Fueron tiempos oscuros estos últimos, condenando la cultura del “Aguante” y las opciones de “Realpolitik-futbolística”, tan cargadas de retórica liberal para maquillar autoritarismos, esperanzas de salvación en pocas manos –o pies, mejor dicho- y obnubiladas por el voraz deseo de ganar a cualquier precio.
No somos eso, somos románticos, valoramos la estética y el espíritu de grupo a costa de mezquindades personales. Valoramos las formas por sobre los resultados – motivo por el cual fuimos expulsados del PS, bajo el mote de “pseudo radicales”, tristemente – y evitamos comparaciones con equipos de Play Station. Hasta que volvió Angelito, con la pesada carga del derrotero Menotista. Idealistas, perdedores, mufas, inconformistas, humanos, tan…parecidos a nosotros, los de la pizzería “La Rumba”.
Y de repente, apareció algo especial. Nada realmente revolucionario, pero valido y necesario según nuestro humilde entender. Lo viejo combinado con lo nuevo, tal vez masticado por Cappa en su largo exilio, una condena nacional que parece fortalecer a todo aquel que lo sufre. Jugadores formados en distintas escuelas, provenientes de distintos lugares, tan lleno de ignotos provincianos para el unitarismo porteño, tan lleno de “fracasados” – según la condena popular - que vuelven de Europa sin millones y sin botineras. Y una idea, un método y un objetivo. La idea, un juego vistoso que justifique el valor cada vez más inalcansable de una mal llamada “popular”. Debe ser como una obra de teatro, un buen drama que nos permita seguir conversando durante un largo tiempo, que nos permita hablar desde la emoción y llorar en público. El método, la pelota al ras del suelo, el toque corto, la movilidad, volantes con llegada, laterales que se desprenden y explosión en el área rival. Sacrificio y creatividad en iguales dosis. El objetivo, hacer tambalear al poder. Si es posible ganar, pero nunca, nunca, a cualquier costo. Cappa mata Maquiavelo. Nuestro mejor resultado será que las generaciones futuras comprendan el mensaje, que la virtud ingrese al sentido común.
Será difícil, en unos meses el equipo se desmembrará, muchos tomarán champagne en la barra de Esperanto y dormirán con señoritas de moda. Pero tendrán Nostalgia, sabrán que fueron parte de algo extraordinario. Y soñaran, tal vez, con volver. Ese es el valor de una idea. Gracias Ángel.
*Periodista deportivo que nunca daría clases en el Instituto de Fernando Niembro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que se puede decir de un analisis tan claro, y al mismo tiempo intelectualmente desafiante. Maravilloso! Seria un milagro que tal adjetivo describa la realidad del futbol argentino. Pero la historia y la sociedad nos condena. Los buenos se fueron jovenes, y los que se quedan son insultados. Nunca pude entender la necesidad de pagar una entrada para insultar al equipo del cual se declaran hinchas. Pero es asi.
ResponderEliminarPero la culpa de la decadencia futbolistica argentina, o nivelaciona hacia abaja, segun Macaya, va mas alla. Hay un interes economico por debajo que derriba las solidas estructuras del buen futbol. Las contrataciones de Cristiano Ronaldo y Kaka a manos del Real Madrid dan una imagen sobre las enormes sumas de dinero que el futbol hoy maneja. Ellos, quienes nos deleitan con una gambeta, un cano, una rabona, o lo que sea, son tambien en parte responsables. Porque siguen el incentivo economico permiten el desguase de relojos futbolisticos. La reciente incorporacion de Leandro Caruso por Udinese es un claro ejemplo.