miércoles, 7 de abril de 2010

No a las etiquetas


Por Sathiri

Al analizar la actualidad de los medios de comunicación en nuestro país, inmediatamente se hace presente una profunda indignación al ver la vaguedad de los informes, la falta de información notoria en los periodistas, y sobre todo: las imágenes y opiniones que pueden transmitir e inculcar a la sociedad.
El hecho del cual me serviré y con el cual, intentaré no convencer, sino mostrar la coherencia de mi argumento es el trato que se otorga hacia criterios alternativos de organización política, que no se adaptan a la veneración por los valores y formas de organización occidentales. Puntualmente, me centraré sobre las opiniones que intentan esquematizar acerca del ALBA (La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América).
La impugnación que se realiza al movimiento reside básicamente en caracterizar a sus líderes y al proyecto, como radicales. Así, se utiliza la etiqueta de “radical” en sentido despectivo, desprovisto de los argumentos que dan lugar a tal acusación.
A continuación, buscaré realizar una descripción del componente radical del proyecto, intentando plasmar, un trato más certero de la información, con el objetivo de diferenciar el componente radical del proyecto de la conducta de uno de sus líderes.
El alba es radical: persigue un ideal, la defensa de los pueblos indio-americanos, latinoamericanos y africanos, contra los embates del “mundo civilizado”. Es un proyecto antiimperialista que reivindica a aquellos señores que soñaron con naciones independientes y que luego de crudas batallas pudieron contemplar el primer paso del proceso- me refiero a la independencia de los estados que forman nuestra Latinoamérica.
Es radical en el sentido que concibe únicamente a los habitantes de Latinoamérica como miembros de un mismo pueblo, con historias signadas por rasgos similares y culturas que comparten mismos sentimientos.
Entre otros elemento de radicalismo, sostiene una bandera contra la mala influencia del imperio norteamericano, ya que considera que detrás de instituciones y programas de desarrollo se busca legitimar el saqueo al tercer mundo. Además, considera solo el medio de la revolución para la creación de la unidad de Latinoamérica: aboga la necesidad de un modelo único e innovador, y repudia los proyectos de unidad nacional que se desarrollaron mediante la represión a los habitantes nativos- aborígenes- del suelo Americano.
Hasta aquí, he reflexionado, sobre los ideales del movimiento, pero recuerdo que también la misma caracterización se aplica sobre sus líderes. En este análisis, identifico una irregularidad, ya que, me remito a los hechos y planteo: ¿ Es radical un líder como Chávez, quien se autodenomina como el abanderado del ALBA?.
Es de común conocimiento los negocios que mantiene este señor con quienes identifica como sus enemigos, los dueños del poder- los EEUU-. Entonces planteo: hay cierta dislocación entre la coherencia de los pilares conceptuales y este líder que parece no los interpretó bien, o que solo se sirve de estos según conveniencias, mientras continua negociando con el mismo imperio al cual tanto critica.
A modo de conclusión, consideraría pertinente realizar un análisis más completo a la hora de suministrar la información, intentando evitar simplificaciones que generan opiniones vagas en la sociedad. Un trato honesto de la información, desprovisto de “etiquetas” colocadas prepotentemente sin la argumentación correspondiente, puede dar lugar a una sociedad más informada y reflexiva evitando males productos del exceso males productos del exceso de generalizaciones y la falta de información.

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