miércoles, 7 de abril de 2010
“(Des) Americanizados”
Por León Tolstoy *
Me resulta inquietante la simplista mirada que los europeos y estadounidenses tienen respecto América , lo acotado del término “americano” desde la perspectiva occidental, que se den el gusto de hablar de este heterogéneo continente teniendo en mente un único país; un imperio que, por cierto, se toma la molestia de autodeterminarse como “los americanos”, siendo cabalmente excluyentes, reduciendo la pluralidad y diversidad del “nuevo mundo” en la unidad de los dictados de Estados Unidos…sin escrúpulos. No quiero pecar con esto de excluir a Estados Unidos del ser americano, de hecho lo son. Pero no dejan de ser uno entre más de treinta países; un gigante inmerso en una diversidad de culturas de las que nada saben, que reciben poca connotación cuando un gentleman ingles o un accionista, businessman de Wall Street hablan en nombre del continente americano, de los americanos. Me pregunto si al estadounidense medio le suenan nombres de países tales como El Salvador, Paraguay, Nicaragua, Bolivia, Trinidad y Tobago, Haití, por qué no Argentina, entre otros; y si realmente son conscientes de que también forman parte del hemisferio occidental y que distan mucho de ser iguales a los Estados Unidos, de que están lejos de apegarse totalmente al concepto del ser americano que ellos profesan; y de que son, por mucho, más las cosas en las que se diferencian y discrepan de las que se asemejan y comparten con su propio país. Con cuidado en este punto. El estadounidense tipo es una víctima, una víctima del sistema institucional de su país. Un sistema cuyas instituciones tanto educativas y formativas como políticas son sumamente cerradas y la instrucción que promueven no va más allá de lo que es la cultura estadounidense, la sociedad consumista que funciona como su motor, y su afán de promoción del liberalismo por el mundo, que es la fachada de lo que funciona como una eficaz herramienta, elegantemente presentada al mundo, de dominación e imperialismo.
Ahora bien, el mundo no empezó en 1776. No. Están equivocados al ignorar una compleja densidad histórica del continente Americano y el mundo que los precede. La historia americana no empieza con Estados Unidos. Esto deriva en un pésimo nivel de cultura general, en un desconocimiento total de la heterogeneidad que presenta occidente; y es así como se dan el gusto de autoproclamarse como la totalidad de América.
Encabezan el liberalismo, como política de estado, glorificando términos como la igualdad de condiciones, de oportunidades, la libertad, la autodeterminación y la tolerancia y son los primeros en mostrar actitudes intransigentes cuando algo en algún Estado del mundo, soberano por cierto, no funciona acorde y a fin con sus intereses. Atropellando así su propia lógica de autodeterminación de los pueblos, tolerancia y respeto de la soberanía. No solo pasan por encima la heterogeneidad y pluralidad lingüísticamente, es decir, hablando de sí mismos en nombre de toda América, sino que también lo hacen empíricamente…en sus actitudes intolerantes. Ejemplos de esto abundan en la historia. Tales son los casos de todas las dictaduras militares experimentadas en los setenta en gran mayoría de los países latinoamericanos. Hicieron uso de estos “autoritarismos modernizadores” para “estabilizar y mermar” los conflictos regionales. Siendo su real objetivo el de orientar las economías periféricas hacia una apertura y la aplicación de la división internacional del trabajo fundamentada en las ventajas comparativas. Contribuyendo así a la destrucción de la industria nacional de los países del tercer mundo y llenando los mercados con sus productos, con productos extranjeros. Entonces toda esa movida política no resulta más que un plan para orientar las economías subdesarrolladas a sus propios intereses y provecho; yendo en contra de su misma lógica de reivindicación de la autodeterminación. Practican el expansionismo ideológico de los estandartes y valores del liberalismo y la democracia en pos de darle una fachada y relevar a un segundo plano sus verdaderos intereses…que para su sorpresa, lector, son económicos. Esta ideología en expansión crea un terreno fértil para el desarrollo de relaciones económicas favorables a los Estados Unidos; este fue el objetivo con las dictaduras de los setenta en Latinoamérica al tratarse de una clara bajada de línea del lejano vecino al norte del continente.
Que quede claro entonces que americanos somos todos, somos muchos, hecho por el cual la homogeneidad es imposible, entiéndanlo; y a continuación respeten y reconozcan la rica diversidad americana. América no es Estados Unidos, América es Sudamérica, Centroamérica y Norteamérica.
* “Y estaban felices y contentos, tal y como puede estarlo la gente cuya conciencia no los acusa de nada”
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario